EVANGELIO:
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Seis días
después, toma Jesús consigo a Pedro, Santiago y Juan, y los lleva, a ellos
solos, aparte, a un monte alto. Y se transfiguró delante de ellos,
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y sus
vestidos se volvieron resplandecientes, muy blancos, tanto que ningún
batanero en la tierra sería capaz de blanquearlos de ese modo.
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Se les
aparecieron Elías y Moisés, y conversaban con Jesús.
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Toma la
palabra Pedro y dice a Jesús: «Rabbí, bueno es estarnos aquí. Vamos a hacer
tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías»;
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- pues no
sabía qué responder ya que estaban atemorizados -.
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Entonces
se formó una nube que les cubrió con su sombra, y vino una voz desde la nube:
«Este es mi Hijo amado, escuchadle.»
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Y de
pronto, mirando en derredor, ya no vieron a nadie más que a Jesús solo con
ellos.
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Y cuando
bajaban del monte les ordenó que a nadie contasen lo que habían visto hasta
que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos.
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Ellos
observaron esta recomendación, discutiendo entre sí qué era eso de «resucitar
de entre los muertos.»
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EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:
La fiesta de la transfiguración es una toque de
atención, nos grita que es mejor vivir la vida sin miedo a perder, que estar
muerto.
El evangelio de hoy refleja muy bien lo
que tiene que ser nuestra vida: ( cuatro momentos):
- suben
a la montaña: no es fácil, muchos se quedan en el llano mirando como otros suben,
otros se rinden a media montaña, y sólo los decididos, aquellos que quieren
encontrarse cara a cara con Dios: llegan a la cumbre.
- Encuentro
personal con Dios: es un encuentro personal, no hay ritos, no hay protocolos,
no hay bendiciones, bulas, cartas pastorales,… simplemente hay unión de
corazones.
- Dios
confía una misión; por medio de Jesús, el seguimiento de las bienaventuranzas.
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Y el retorno a la tierra: no quedarnos parados, sino bajar a la tierra
de todos los días, y aceptar la misión en el mundo. Los apóstoles quieren
instalarse en el Tabor ( tenían miedo, querían quedarse en el llano, en lo
fácil) pero el Tabor no es nada sin el calvario. Hay que aprender a luchar, y
luego aprender que en la lucha no se afloja. Urge que bajemos de la montaña:
- cómo
vamos a ser capaz de dar misericordia, si nunca hemos ejercitado la compasión,
si nunca hemos llorado con el amigo.
- Cómo
vamos a pasar por esta vida haciendo el bien; curando los dolores de los
hermanos y llevando libertad a los oprimidos; si nuestra mano nunca ha temblado
con el dolor del hermano.
- Cómo
vas a ser esperanza para el mundo, sino has conocido de cerca la amargura de
los que viven crucificados.
- Cómo
vas amar, si jamás has estado enamorado, porque estás demasiado ocupado en
abrazar la seguridad del amor propio.
Eso es Evangelio…p´alante
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