jueves, 31 de marzo de 2016


Juan 20,19-31. SEGUNDO DE PASCUA. 3 DE ABRIL. MALOS TIEMPOS PARA LA LÍRICA



Evangelio
Al atardecer de ese mismo día, el primero de la semana, estando cerradas las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, por temor a los judíos, llegó Jesús y poniéndose en medio de ellos, les dijo: "¡La paz esté con ustedes!".
Mientras decía esto, les mostró sus manos y su costado. Los discípulos se llenaron de alegría cuando vieron al Señor.
Jesús les dijo de nuevo: "¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envió a mí, yo también los envío a ustedes".
Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió: "Reciban el Espíritu Santo.
Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los que ustedes se los retengan".
Tomás, uno de los Doce, de sobrenombre el Mellizo, no estaba con ellos cuando llegó Jesús.
Los otros discípulos le dijeron: "¡Hemos visto al Señor!". El les respondió: "Si no veo la marca de los clavos en sus manos, si no pongo el dedo en el lugar de los clavos y la mano en su costado, no lo creeré".
Ocho días más tarde, estaban de nuevo los discípulos reunidos en la casa, y estaba con ellos Tomás. Entonces apareció Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio de ellos y les dijo: "¡La paz esté con ustedes!".
Luego dijo a Tomás: "Trae aquí tu dedo: aquí están mis manos. Acerca tu mano: Métela en mi costado. En adelante no seas incrédulo, sino hombre de fe".
Tomas respondió: "¡Señor mío y Dios mío!".
Jesús le dijo: "Ahora crees, porque me has visto. ¡Felices los que creen sin haber visto!".
Jesús realizó además muchos otros signos en presencia de sus discípulos, que no se encuentran relatados en este Libro.
Estos han sido escritos para que ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y creyendo, tengan Vida en su Nombre.


EL  EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:


Falta vida y sobra miedo.

Tomás no estaba en el sitio oportuno, por eso tuvo dificultades para ver al resucitado. Necesito verlo en las llagas, en las llagas está el resucitado; el resucitado se encuentra en el espesor de la vida, entre las llagas de crucificados del mundo, en los pobres de la historia, en la mujer violentada y humillada, en los acontecimientos más dramáticos, allí donde la vida se hace llaga, herida y se maltrata la libertad, está el resucitado, yendo a los calvarios y manteniendo la esperanza y ofreciendo amor ... se aprecia al resucitado. Tenía toda la razón Tomás al decir que es en las llagas donde se ve al resucitado, no en las palabras sino en el testimonio; no en los bonitos proyectos sino en los que se manchan las manos diariamente metiendo el dedo y la vida en esas llagas.
La alegría es una cosa muy seria. El encuentro con el amigo, con el amigo que viene de lejos es motivo de alegría auténtica, el amigo que viene  para estar contigo... no hay sentimiento mayor. No e puede expresar con palabras, es una alegría que resucita.

El colmo de la alegría es encontrarse con el amigo que ha resucitado. P´ALANTE




TOMAMOS EL PULSO A LA REALIDAD:




NOTA MENTAL TRANSITORIA:



Vivimos tiempos de confusión y ahogamiento visceral:
Corruptos, torturadores, represores, traficantes de armas, ladrones de guate blanco….. dirigen los destinos de los pueblos, y reinan en una confusión de borregos adoctrinados. Me duele ver que la sociedad sólo reacciona ante atentados en el norte, las muertes del sur, no cuentan.
Los gobernantes europeos, se dicen defensores de los derechos humanos y la democracia, dicen a los refugiados: No vengáis, no os queremos. Los católicos amantes de la caridad cristiana, lloran al Cristo crucificado en la imagenería de la semana santa ( santa entre comillas) y no lloran al cristo crucificado en Siría, Turquía o Grecia.
Al grito de nos traen delincuencia y terrorismo nos dejamos gobernar por hipócritas impresentables que nos han robado, engañado, manipulado y quitado todo tipo de derechos. Las bandas de ultra radicales y extremistas tienen su campo abonado para hacer lo que les da la gana. Y mientras tanto estos 4 o 5 gilipollas de políticos de medio pelo repartiéndose el poder de la poltrona a su antojo.
Lamentable, por eso: MANDE QUIEN MANDE, CARTUCHO EN EL CAÑÓN.


lunes, 14 de marzo de 2016


Lucas 22,14-71.23,1-56. DOMINGO DE RAMOS



Evangelio
Llegada la hora, Jesús se sentó a la mesa con los Apóstoles y les dijo:
"He deseado ardientemente comer esta Pascua con ustedes antes de mi Pasión,
porque les aseguro que ya no la comeré más hasta que llegue a su pleno cumplimiento en el Reino de Dios".
Y tomando una copa, dio gracias y dijo: "Tomen y compártanla entre ustedes.
Porque les aseguro que desde ahora no beberé más del fruto de la vid hasta que llegue el Reino de Dios".
Luego tomó el pan, dio gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: "Esto es mi Cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía".
Después de la cena hizo lo mismo con la copa, diciendo: "Esta copa es la Nueva Alianza sellada con mi Sangre, que se derrama por ustedes.
La mano del traidor está sobre la mesa, junto a mí.
Porque el Hijo del hombre va por el camino que le ha sido señalado, pero ¡ay de aquel que lo va a entregar!".
Entonces comenzaron a preguntarse unos a otros quién de ellos sería el que iba a hacer eso.
Y surgió una discusión sobre quién debía ser considerado como el más grande.
Jesús les dijo: "Los reyes de las naciones dominan sobre ellas, y los que ejercen el poder sobre el pueblo se hacen llamar bienhechores.
Pero entre ustedes no debe ser así. Al contrario, el que es más grande, que se comporte como el menor, y el que gobierna, como un servidor.
Porque, ¿quién es más grande, el que está a la mesa o el que sirve? ¿No es acaso el que está a la mesa? Y sin embargo, yo estoy entre ustedes como el que sirve.
Ustedes son los que han permanecido siempre conmigo en medio de mis pruebas.
Por eso yo les confiero la realeza, como mi Padre me la confirió a mí.
Y en mi Reino, ustedes comerán y beberán en mi mesa, y se sentarán sobre tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.
Simón, Simón, mira que Satanás ha pedido poder para zarandearlos como el trigo,
pero yo he rogado por ti, para que no te falte la fe. Y tú, después que hayas vuelto, confirma a tus hermanos".
"Señor, le dijo Pedro, estoy dispuesto a ir contigo a la cárcel y a la muerte".
Pero Jesús replicó: "Yo te aseguro, Pedro, que hoy, antes que cante el gallo, habrás negado tres veces que me conoces".
Después les dijo: "Cuando los envié sin bolsa, ni alforja, ni sandalia, ¿les faltó alguna cosa?".
"Nada", respondieron. El agregó: "Pero ahora el que tenga una bolsa, que la lleve; el que tenga una alforja, que la lleve también; y el que no tenga espada, que venda su manto para comprar una.
Porque les aseguro que debe cumplirse en mí esta palabra de la Escritura: Fue contado entre los malhechores. Ya llega a su fin todo lo que se refiere a mí".
"Señor, le dijeron, aquí hay dos espadas". El les respondió: "Basta".
En seguida Jesús salió y fue como de costumbre al monte de los Olivos, seguido de sus discípulos.
Cuando llegaron, les dijo: "Oren, para no caer en la tentación".
Después se alejó de ellos, más o menos a la distancia de un tiro de piedra, y puesto de rodillas, oraba:
"Padre, si quieres, aleja de mí este cáliz. Pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya".
Entonces se le apareció un ángel del cielo que lo reconfortaba.
En medio de la angustia, él oraba más intensamente, y su sudor era como gotas de sangre que corrían hasta el suelo.
Después de orar se levantó, fue hacia donde estaban sus discípulos y los encontró adormecidos por la tristeza.
Jesús les dijo: "¿Por qué están durmiendo? Levántense y oren para no caer en la tentación".
Todavía estaba hablando, cuando llegó una multitud encabezada por el que se llamaba Judas, uno de los Doce. Este se acercó a Jesús para besarlo.
Jesús le dijo: "Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del hombre?".
Los que estaban con Jesús, viendo lo que iba a suceder, le preguntaron: "Señor, ¿usamos la espada?".
Y uno de ellos hirió con su espada al servidor del Sumo Sacerdote, cortándole la oreja derecha.
Pero Jesús dijo: "Dejen, ya está". Y tocándole la oreja, lo curó.
Después dijo a los sumos sacerdotes, a los jefes de la guardia del Templo y a los ancianos que habían venido a arrestarlo: "¿Soy acaso un ladrón para que vengan con espadas y palos?
Todos los días estaba con ustedes en el Templo y no me arrestaron. Pero esta es la hora de ustedes y el poder de las tinieblas".
Después de arrestarlo, lo condujeron a la casa del Sumo Sacerdote. Pedro lo seguía de lejos.
Encendieron fuego en medio del patio, se sentaron alrededor de él y Pedro se sentó entre ellos.
Una sirvienta que lo vio junto al fuego, lo miró fijamente y dijo: "Este también estaba con él".
Pedro lo negó, diciendo: "Mujer, no lo conozco".
Poco después, otro lo vio y dijo: "Tú también eres uno de aquellos". Pero Pedro respondió: "No, hombre, no lo soy".
Alrededor de una hora más tarde, otro insistió, diciendo: "No hay duda de que este hombre estaba con él; además, él también es galileo".
"Hombre, dijo Pedro, no sé lo que dices". En ese momento, cuando todavía estaba hablando, cantó el gallo.
El Señor, dándose vuelta, miró a Pedro. Este recordó las palabras que el Señor le había dicho: "Hoy, antes que cante el gallo, me habrás negado tres veces".
Y saliendo afuera, lloró amargamente.
Los hombres que custodiaban a Jesús lo ultrajaban y lo golpeaban;
y tapándole el rostro, le decían: "Profetiza, ¿quién te golpeó?".
Y proferían contra él toda clase de insultos.
Cuando amaneció, se reunió el Consejo de los ancianos del pueblo, junto con los sumos sacerdotes y los escribas. Llevaron a Jesús ante el tribunal
y le dijeron: "Dinos si eres el Mesías". El les dijo: "Si yo les respondo, ustedes no me creerán,
y si los interrogo, no me responderán.
Pero en adelante, el Hijo del hombre se sentará a la derecha de Dios todopoderoso".
Todos preguntaron: "¿Entonces eres el Hijo de Dios?". Jesús respondió: "Tienen razón, yo lo soy".
Ellos dijeron: "¿Acaso necesitamos otro testimonio? Nosotros mismos lo hemos oído de su propia boca".
Después se levantó toda la asamblea y lo llevaron ante Pilato.
Y comenzaron a acusarlo, diciendo: "Hemos encontrado a este hombre incitando a nuestro pueblo a la rebelión, impidiéndole pagar los impuestos al Emperador y pretendiendo ser el rey Mesías".
Pilato lo interrogó, diciendo: "¿Eres tú el rey de los judíos?". "Tú lo dices", le respondió Jesús.
Pilato dijo a los sumos sacerdotes y a la multitud: "No encuentro en este hombre ningún motivo de condena".
Pero ellos insistían: "Subleva al pueblo con su enseñanza en toda la Judea. Comenzó en Galilea y ha llegado hasta aquí".
Al oír esto, Pilato preguntó si ese hombre era galileo.
Y habiéndose asegurado de que pertenecía a la jurisdicción de Herodes, se lo envió. En esos días, también Herodes se encontraba en Jerusalén.
Herodes se alegró mucho al ver a Jesús. Hacía tiempo que deseaba verlo, por lo que había oído decir de él, y esperaba que hiciera algún prodigio en su presencia.
Le hizo muchas preguntas, pero Jesús no le respondió nada.
Entre tanto, los sumos sacerdotes y los escribas estaban allí y lo acusaban con vehemencia.
Herodes y sus guardias, después de tratarlo con desprecio y ponerlo en ridículo, lo cubrieron con un magnífico manto y lo enviaron de nuevo a Pilato.
Y ese mismo día, Herodes y Pilato, que estaban enemistados, se hicieron amigos.
Pilato convocó a los sumos sacerdotes, a los jefes y al pueblo,
y les dijo: "Ustedes me han traído a este hombre, acusándolo de incitar al pueblo a la rebelión. Pero yo lo interrogué delante de ustedes y no encontré ningún motivo de condena en los cargos de que lo acusan;
ni tampoco Herodes, ya que él lo ha devuelto a este tribunal. Como ven, este hombre no ha hecho nada que merezca la muerte.
Después de darle un escarmiento, lo dejaré en libertad".

Pero la multitud comenzó a gritar: "¡Qué muera este hombre! ¡Suéltanos a Barrabás!".
A Barrabás lo habían encarcelado por una sedición que tuvo lugar en la ciudad y por homicidio.
Pilato volvió a dirigirles la palabra con la intención de poner en libertad a Jesús.
Pero ellos seguían gritando: "¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!".
Por tercera vez les dijo: "¿Qué mal ha hecho este hombre? No encuentro en él nada que merezca la muerte. Después de darle un escarmiento, lo dejaré en libertad".
Pero ellos insistían a gritos, reclamando que fuera crucificado, y el griterío se hacía cada vez más violento.
Al fin, Pilato resolvió acceder al pedido del pueblo.
Dejó en libertad al que ellos pedían, al que había sido encarcelado por sedición y homicidio, y a Jesús lo entregó al arbitrio de ellos.
Cuando lo llevaban, detuvieron a un tal Simón de Cirene, que volvía del campo, y lo cargaron con la cruz, para que la llevara detrás de Jesús.
Lo seguían muchos del pueblo y un buen número de mujeres, que se golpeaban el pecho y se lamentaban por él.
Pero Jesús, volviéndose hacia ellas, les dijo: "¡Hijas de Jerusalén!, no lloren por mí; lloren más bien por ustedes y por sus hijos.
Porque se acerca el tiempo en que se dirá: ¡Felices las estériles, felices los senos que no concibieron y los pechos que no amamantaron!
Entonces se dirá a las montañas: ¡Caigan sobre nosotros!, y a los cerros: ¡Sepúltennos!
Porque si así tratan a la leña verde, ¿qué será de la leña seca?".
Con él llevaban también a otros dos malhechores, para ser ejecutados.
Cuando llegaron al lugar llamado "del Cráneo", lo crucificaron junto con los malhechores, uno a su derecha y el otro a su izquierda.
Jesús decía: "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen". Después se repartieron sus vestiduras, sorteándolas entre ellos.
El pueblo permanecía allí y miraba. Sus jefes, burlándose, decían: "Ha salvado a otros: ¡que se salve a sí mismo, si es el Mesías de Dios, el Elegido!".
También los soldados se burlaban de él y, acercándose para ofrecerle vinagre,
le decían: "Si eres el rey de los judíos, ¡sálvate a ti mismo!".
Sobre su cabeza había una inscripción: "Este es el rey de los judíos".
Uno de los malhechores crucificados lo insultaba, diciendo: "¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros".
Pero el otro lo increpaba, diciéndole: "¿No tienes temor de Dios, tú que sufres la misma pena que él?
Nosotros la sufrimos justamente, porque pagamos nuestras culpas, pero él no ha hecho nada malo".
Y decía: "Jesús, acuérdate de mí cuando vengas a establecer tu Reino".

El le respondió: "Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso".
Era alrededor del mediodía. El sol se eclipsó y la oscuridad cubrió toda la tierra hasta las tres de la tarde.
El velo del Templo se rasgó por el medio.
Jesús, con un grito, exclamó: "Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu". Y diciendo esto, expiró.
Cuando el centurión vio lo que había pasado, alabó a Dios, exclamando: "Realmente este hombre era un justo".
Y la multitud que se había reunido para contemplar el espectáculo, al ver lo sucedido, regresaba golpeándose el pecho.
Todos sus amigos y las mujeres que lo habían acompañado desde Galilea permanecían a distancia, contemplando lo sucedido.
Llegó entonces un miembro del Consejo, llamado José, hombre recto y justo,
que había disentido con las decisiones y actitudes de los demás. Era de Arimatea, ciudad de Judea, y esperaba el Reino de Dios.
Fue a ver a Pilato para pedirle el cuerpo de Jesús.
Después de bajarlo de la cruz, lo envolvió en una sábana y lo colocó en un sepulcro cavado en la roca, donde nadie había sido sepultado.
Era el día de la Preparación, y ya comenzaba el sábado.
Las mujeres que habían venido de Galilea con Jesús siguieron a José, observaron el sepulcro y vieron cómo había sido sepultado.
Después regresaron y prepararon los bálsamos y perfumes, pero el sábado observaron el descanso que prescribía la Ley.
EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:


La pasión es de ayer y de siempre, los personajes siguen siendo los mismos:
                                                           
Pedro: “ no conozco a ese hombre que decís”, cada uno de nosotros podemos ser Pedro, si dejamos que el miedo nos paralice, o traicionemos a un amigo, o nos quiten la fuerza para seguir creyendo en la utopía, en nuestros ideales más profundos.

Judas: “ uno de vosotros me va a entregar; uno que está comiendo conmigo”. Si ves que el dinero pesa demasiado en tu vida, o te hace perder el sueño, o la cabeza, o incluso es más fuerte que el amor.

Pueblo: “ Crucifícalo”. Si dejas que el poderoso de turno te haga cambiar de ideas, si gritas un domingo: Hosana a Dios y el viernes; cricifícalo...

Pilato: si has probado el sabor del poder y el éxito, si has vendido tu vida y tu corazón, si has caído en el soborno, y te has lavado las mano, dejando que pierda el inocente, sólo porque es más débil. Si sólo piensas en sentarte en el pedestal a costa de cualquier cosa.

Simón de Cirene: puedes arrimar el hombro todos los días, para hacer menos pesada la carga del que sufre. Y te das cuenta de pronto que es Cristo a quien estás ayudando a llevar su cruz.

Verónica: limpias el sudor de un enfermo, de un amigo, o acompañas en la soledad de un anciano,. La verónica rompió el cerco de los mirones, de los que no mueven el brazo para ayudar y se encontró con el rostro de Cristo.

Los que golpean, o burlan, los que condenan: en la pasión de nuestra historia, este parece ser últimamente el personaje preferido, el que más gente escoge para su papel diario.

María y Juan: junto a la cruz, este es el personaje imprescindible, solidario con el débil, esperanza con el crucificado, libertad con el injustamente condenado, hospitalario con el expulsado de su tierra, generoso con el pobre.

Y lo grave de este asunto, es que la pasión se repite, y que tenemos que escoger un papel. No podemos ser espectadores. No hay otra opción: o con ÉL o contra El.
P´alante



TOMAMOS EL PULSO A LA REALIDAD:





POR SI TOCA  ORAR:

Jesús, queremos ser de aquellos que escuchan el silencioso clamor de los sin voz,
De los que no permanecen de brazos cruzados, mientras otros los mantienen en cruz,
Alguien nos grita; los expulsados, los excluidos, los explotados, los perseguidos, los pateados, los crucificados, en cruces:
-        cruces en forma de calumnia, de contagio, de aislamiento, cruces de silencio, cruces de dinero, y de placer, de envidia y de fama...
-        cruces de temporada, de moda, de prestigio, cruces de funeral, de hambre, de enfermedad, cruces de campañas, de traición, de crítica, de denuncia, cruces de madera y cruces de amenazas.
Sólo hay una cruz con la que debo y puedo cargar; la del que procura que el otro no tenga cruz, la del que ayuda al otro, a llevar su cruz. La del que se mortifica, para no mortificar al que sufre, sencillamente porque ama... esa es la cruz de Jesús.


NOTA MENTAR TRANSITORIA:

La lista de invitados a la cena de Jesús siempre ha sido abierta, no hay lugares prefijados, partir el pan siempre es un oficio con plazas disponibles, rezar y pasear imágenes en semana santa y no creer en la vida para todos, no sólo para unos cuantos privilegiados es ser un hipócrita, farisaico, en la mesa de los cristianos caben todos, empezando por los pecadores:  no es una mesa para COMPISYOGUIS.


LA FUSCA DE LA VIDA.... ... ... .... SE DESPIDE HASTA LA PASCUA.
SIEMPRE P´ALANTE .SIEMPRE AL TURRÓN.... 

mande quien mande, cartucho en el cañón.

lunes, 7 de marzo de 2016


Juan 8,1-11. domingo V de cuaresma.



Evangelio
Jesús fue al monte de los Olivos.
Al amanecer volvió al Templo, y todo el pueblo acudía a él. Entonces se sentó y comenzó a enseñarles.
Los escribas y los fariseos le trajeron a una mujer que había sido sorprendida en adulterio y, poniéndola en medio de todos,
dijeron a Jesús: "Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio.
Moisés, en la Ley, nos ordenó apedrear a esta clase de mujeres. Y tú, ¿qué dices?".
Decían esto para ponerlo a prueba, a fin de poder acusarlo. Pero Jesús, inclinándose, comenzó a escribir en el suelo con el dedo.
Como insistían, se enderezó y les dijo: "El que no tenga pecado, que arroje la primera piedra".
E inclinándose nuevamente, siguió escribiendo en el suelo.
Al oír estas palabras, todos se retiraron, uno tras otro, comenzando por los más ancianos. Jesús quedó solo con la mujer, que permanecía allí,
e incorporándose, le preguntó: "Mujer, ¿dónde están tus acusadores? ¿Alguien te ha condenado?".
Ella le respondió: "Nadie, Señor". "Yo tampoco te condeno, le dijo Jesús. Vete, no peques más en adelante".

EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:


La escena es para pensarla:
 letrados y fariseos – Cristo en medio- la mujer adúltera. Lo viejo – lo nuevo- la persona invitada al cambio. Mayor pecado que el de la mujer es  el de la intolerancia de fariseos y letrados.  La ley que juzga sin compasión, condena sin dar oportunidad, destruye sin posibilidad de regeneración, no es la ley del evangelio. Nada tiene que ver con Jesús. En aquel tiempo , como hoy, también había ley mordaza.
¡ el que esté sin pecado que tire la primera piedra! ( otro dicho dice: el que esté sin pecado, no se a que está esperando) – cada uno que decida -.
Condenar a alguien es negarle toda posibilidad de cambio.
Ninguno de nosotros tiene licencia para condenar a nadie. Lo pongo con mayúsculas; NINGUNO  tiene licencia para condenar a nadie. Por una razón muy sencilla: porque todos somos pecadores.  Hay mucho indeseable en nuestra sociedad con la piedra de la mano, constantemente, y no podemos permitir que este atajo de fariseos nos digan qué tenemos que hacer y cómo debemos comportarnos. La voluntad de Dios es perdonar, nuca condenar, deberíamos explicárselo a los nuevos inquisidores de nuestro tiempo.
La mujer no necesitaba piedras sino una mano amiga que la ayudara a levantarse. Lo que salva es la mirada.
P´ALANTE


REFLEXIÓN:

Cuenta Anthony de Mello: que un antiguo prisionero de los campos de concentración nazis fue en cierta ocasión a visitar a un amigo que había compartido con él esa experiencia tan trágica, inhumana y desagradable.
-          has olvidado ya  a los nazis?, le preguntó el visitante a su amigo, a lo que éste respondió que sí.
-          Pues yo no, aún sigo odiándolos con toda mi alma.
-          Entonces – le dijo a su amigo- aún siguen teniéndote prisionero.
-          Si se recuerda el pasado es para renovarse.

Tomamos el pulso a la realidad:



http://internacional.elpais.com/internacional/2010/07/09/actualidad/1278626406_850215.html




NOTA MENTALTRASITORIA.

Cuando montas un circo, te crecen los enanos. Hemos montado un circo en el parlamento y ahora nos crecen los gilipollas.
Si estos son los que nos tienen que gobernar….. por favor, que alguien nos muestre el desgobierno que yo me apunto. Una lucha sin cuartel por la poltrona, que pena da ver gente tan ruin y tan miserable.
Propongo para la siguiente sesión ( ya han dicho que descansan hasta pasada la Semana Santa) que lleven alguna chirigota de Cádiz para que les amenice su estúpida incoherencia y su absoluta majadería.
Yo no sé a quien representan esta panda de hiparitas  sin fronteras; pero a mí no, desde luego, y ya que estamos  por dar ideas.... creo que lo mejor es que fueran vestidos de lo que son, trajes a rayas como presidiarios, narices de payaso, pelucas de colores, que lleven  esas gabardinas de mafiosos  tan características, …. Y sobre todo que no crean que nos engañan, da igual que se dejen barba, que se pongan coleta, que lleven traje o se vistan de pana… son iguales: sepulcros blanqueados.