Evangelio
12Mucho
tengo todavía que deciros, pero ahora no podéis con ello.13Cuando venga él, el
Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa; pues no hablará por
su cuenta, sino que hablará lo que oiga, y os anunciará lo que ha de venir.14El
me dará gloria, porque recibirá de lo mío y os lo anunciará a vosotros.15Todo
lo que tiene el Padre es mío. Por eso he dicho: Recibirá de lo mío y os lo
anunciará a vosotros.
EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:
Cuando
Santo Tomás escribió la suma teológica; al final dijo a su secretario que lo
quemara todo, no recogía lo fundamental de Dios.
Lo hemos dicho muchas veces; lo esencial es invisible a los
ojos, sólo con el corazón se puede ver.. ..Cuando estamos hablando de Trinidad:
lo único que estamos hablando es de que Dios es amor compartido.
Es el Dios trinitario; es la fuente de nuestra ternura. Es
vida, es un corazón libre, capaz de ofrecer y de recibir amor. La huella más
clara de Dios en la creación es la ternura. El grado de humanidad de una persona
se mide por la ternura. La dureza del corazón poco tiene que ver con el Dios
cristiano Trinitario..
En un mundo donde todos nos etiquetamos y encasillamos,
viene Dios a decirnos; que él es un impulso a trascender los límites, a
cuestionar todo. Lo que está claro es que Dios es un Dios vivo. Dios de vivos;
no seamos muertos vivientes; no hace tanto que celebramos la resurrección; una
vez más.
P´ALANTE
POR SI APETECE ORAR:
Pero... ¿ qué es la ternura de Dios?
Busqué y encontré la ternura.
Dije al almendro: háblame de la ternura, y el almendro
floreció.
Dije al pobre: háblame de la ternura, y el pobre me ofreció
su capa.
Dije a mi amigo: háblame de la ternura, y el amigo me enseñó
a amar.
Dije a la madre: háblame de la ternura, y la madre me dio un
beso en la frente.
Dije al enemigo: háblame de la ternura, y el enemigo me
tendió la mano.
Dije al orante: ¿dónde está la ternura? Y el silencio se
puso a hablar.
TOMAMOS EL PULSO A LA REALIDAD:
NOTA MENTAL TRANSOTORIA:
Parece, según el Fedón, que cuando el verdugo trajo la
cicuta para ejecutar a Sócrates, este sin embargo continuo debatiendo con sus
alumnos acerca de la inmortalidad del alma. Bebió el veneno, que parece que va
congelando el cuerpo desde los pies hacia arriba. Se quejó por el frío y pidió,
antes de morir, que pagasen un gallo a Esculapio.
MANDE QUIEN MANDE, CARTUCHO EN EL CAÑÓN.