EVANGELIO
Habrá señales en el sol, en la
luna y en las estrellas; y en la tierra, los pueblos serán presa de la angustia
ante el rugido del mar y la violencia de las olas.
Los hombres desfallecerán de miedo por lo que sobrevendrá al mundo, porque los astros se conmoverán.
Entonces se verá al Hijo del hombre venir sobre una nube, lleno de poder y de gloria.
Cuando comience a suceder esto, tengan ánimo y levanten la cabeza, porque está por llegarles la liberación".
Tengan cuidado de no dejarse aturdir por los excesos, la embriaguez y las preocupaciones de la vida, para que ese día no caiga de improviso sobre ustedes
como una trampa, porque sobrevendrá a todos los hombres en toda la tierra.
Estén prevenidos y oren incesantemente, para quedar a salvo de todo lo que ha de ocurrir. Así podrán comparecer seguros ante el Hijo del hombre".
Los hombres desfallecerán de miedo por lo que sobrevendrá al mundo, porque los astros se conmoverán.
Entonces se verá al Hijo del hombre venir sobre una nube, lleno de poder y de gloria.
Cuando comience a suceder esto, tengan ánimo y levanten la cabeza, porque está por llegarles la liberación".
Tengan cuidado de no dejarse aturdir por los excesos, la embriaguez y las preocupaciones de la vida, para que ese día no caiga de improviso sobre ustedes
como una trampa, porque sobrevendrá a todos los hombres en toda la tierra.
Estén prevenidos y oren incesantemente, para quedar a salvo de todo lo que ha de ocurrir. Así podrán comparecer seguros ante el Hijo del hombre".
EL EVANGELIO NO ES UN
SOMNÍFERO, ES PURA DINAMITA
Llega un año más el
Adviento, silencioso, sin hacer grandes discursos ni propaganda electoral, casi
pasa desapercibida su llegada, porque nos hemos acostumbrado a que siempre
viene. Que mala costumbre esta de acostumbrarse, y nos sirve el juego de
palabras….nos acostumbramos a los muertos del telediario y nos importan un
pepino, nos acostumbramos a ver al que duerme al lado del banco Santander de la
esquina, nos acostumbramos a cruzarnos con el que vende la farola en el barrio,
no acostumbramos a las peleas y enfados con quien más nos quiere y necesita,
nos acostumbramos a morir cada minuto que pasa por no apostar por VIVIR y no
por sobrevivir….¿A qué te has acostumbrado?...Lo malo de la costumbre es que
genera hastío, cansancio e indiferencia. Nos da lo mismo uno que cien, y nos
hemos adormilado al ritmo de la pasividad que nos carcome e inutiliza para la
felicidad.
Pues manos a la obra,
pies moviéndose y brazos a lo alto….que este Adviento no nos pille fuera de
juego, que sepamos que está, que viene, y lo hace como oportunidad de
renovarnos, reinventarnos…de cargar las pilas al son del que llegará: el profeta
de Nazaret. El Adviento nos invita a esperar, pero a hacerlo de manera activa,
no sentados viendo la vida pasar….espera en movimiento, en acción…no hay mejor
espera que la de corregir errores, ampliar horizontes, fraguar sueños. Pensemos
en esa ocasión en que hemos esperado a alguien especial. El cosquilleo y
mariposas (dinosaurios) en el estómago, corazón a mil, sensación de que algo
grande va a ocurrir, necesidad de abrazar al que viene (abrazos de los buenos)….pues
a esto estamos invitados y llamados a partir de ahora: a esperar y a preparar
la llegada. Limpia la casa, acomoda el sofá, quita el polvo, pon rectos los
cuadros….El viene y lo hace para quedarse….si quieres. Esperemos contra toda
esperanza. No te quedes sentado.