lunes, 6 de junio de 2016

Lucas 7,36-50.8,1-3. Domigo X ordinario. 12 de junio



Evangelio
Un fariseo invitó a Jesús a comer con él. Jesús entró en la casa y se sentó a la mesa.
Entonces una mujer pecadora que vivía en la ciudad, al enterarse de que Jesús estaba comiendo en casa del fariseo, se presentó con un frasco de perfume.
Y colocándose detrás de él, se puso a llorar a sus pies y comenzó a bañarlos con sus lágrimas; los secaba con sus cabellos, los cubría de besos y los ungía con perfume.
Al ver esto, el fariseo que lo había invitado pensó: "Si este hombre fuera profeta, sabría quién es la mujer que lo toca y lo que ella es: ¡una pecadora!".
Pero Jesús le dijo: "Simón, tengo algo que decirte". "Di, Maestro!", respondió él.
"Un prestamista tenía dos deudores: uno le debía quinientos denarios, el otro cincuenta.
Como no tenían con qué pagar, perdonó a ambos la deuda. ¿Cuál de los dos lo amará más?".
Simón contestó: "Pienso que aquel a quien perdonó más". Jesús le dijo: "Has juzgado bien".
Y volviéndose hacia la mujer, dijo a Simón: "¿Ves a esta mujer? Entré en tu casa y tú no derramaste agua sobre mis pies; en cambio, ella los bañó con sus lágrimas y los secó con sus cabellos.
Tú no me besaste; ella, en cambio, desde que entré, no cesó de besar mis pies.
Tú no ungiste mi cabeza; ella derramó perfume sobre mis pies.
Por eso te digo que sus pecados, sus numerosos pecados, le han sido perdonados porque ha demostrado mucho amor. Pero aquel a quien se le perdona poco, demuestra poco amor".
Después dijo a la mujer: "Tus pecados te son perdonados".
Los invitados pensaron: "¿Quién es este hombre, que llega hasta perdonar los pecados?".
Pero Jesús dijo a la mujer: "Tu fe te ha salvado, vete en paz".
Después, Jesús recorría las ciudades y los pueblos, predicando y anunciando la Buena Noticia del Reino de Dios. Lo acompañaban los Doce
y también algunas mujeres que habían sido curadas de malos espíritus y enfermedades: María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios;
Juana, esposa de Cusa, intendente de Herodes, Susana y muchas otras, que los ayudaban con sus bienes.

EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:
Curar enfermos: libera a las personas de todo lo que les paraliza, les roba la vida y hace sufrir. Acompaña al que le duele la vida.
     Resucita muertos; libera a las personas de lo que bloquea su vida y mata su esperanza. Que nadie se sienta atado.
     Limpiar leprosos; limpia la mentira, la hipocresía de tu vida, de la sociedad. Ayuda a vivir con más verdad, con más autenticidad. Con sencillez y honradez.
     Arroja demonios: libera a las personas de tantos ídolos que nos esclavizan, y nos comen la conciencia.

El fariseo y la mujer, el justo y la pecadora … en el centro Jesús de Nazareth, la mujer ama, y el hipócrita piensa mal. Los fariseos de hoy y de ayer desprecian, rechazan, marginan por la condición, por el vestir, por el peinado, por el pensamiento…. Sepulcros blanqueados.  La mujer sabe que la alegría del perdón ha llamado a su puerta, el fariseo cree no necesitar nada, ni a nadie.
Al final el fariseo es acusado y Jesús de Nazareth sale en defensa de la mujer. Ha demostrado mucho amor y eso puede con todo. Perdonar es cambiar de corazón , es cambiar de vida.  Jesús acoge a los pecadores. Los publicanos y las prostitutas , dice, irán por delante de estos que aman tanto la ley, se creen tan justos, tan católicos y apostólicos….  El texto de hoy es el reflejo de que Jesús apuesta por los más débiles. P´alante

PARA LA ORACIÓN:


El amor ha dado muerte a la muerte.
                               Contemplad la victoria de Dios:
                               Contemplad su amor.
                              
                               Enterrad ya los tambores de guerra;
                               Que nos e vuelvan a oír los cantos del miedo,
                               Y que suenen sólo himnos de alegría.

                               Jesús ha hecho maravillas:
                               De la nada creó el ser,
                               Porque nos amaba.
                               Del ser sacó la vida,
                               Porque nos amaba.
                               La vida se inundó de su vida,
                               Porque nos amaba.
                              
                               Nos dio toda su vida,
                               Porque nos amaba.

                               Jesús venció
                               Las fuerzas del rencor
                               Con su perdón.
                               Venció las fuerzas de la venganza,
                               Con su paciencia.
                               Venció las fuerzas de la ambición
                               Con su  generosidad.
                               Venció las fuerzas del egoísmo,
                               Con su gran amor.

                               El amor ha dado muerte a la muerte,
                               Contemplad todos la victoria de Dios:
                               Contemplad su amor.



TOMAMOS EL PULSO A LA REALIDAD:





NOTA MENTAL TRANSITORIA:

-          Jesús se relacionó con mujeres: así es, llamativamente, si se tiene en cuenta la situación de la mujer en la época. Se relaciona con muje­res enfermas (Mt 9,18-26), extranjeras (Mt 15,21-28) samaritanas menospreciadas (Jn 4,28), mujeres que le tocan y ungen (Jn 12,1-8), con pecadoras públicas (Le 7,18-31), con adúlteras (Jn 8,1-11), con viudas (Mc 12,42), con mujeres que le acogen en su casa (Jn 11) o que le acompañan en sus correrías por los pueblos del pais (Lc 8,1-3).
                Y lo hizo porque era uno de los colectivos sociales débiles, nece­sitados. Y el tenía muy claro que la salud era para estos colectivos (Lc 5,31). A Jesús se le ha querido relacionar con el poder, como quien consagra el poder. Pero nada más lejos de la realidad: ha esta­do en la orilla de los débiles. Es Hijo de un Dios parcial, Padre de todos pero no del mismo modo.

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