Evangelio
Cuando Jesús terminó de decir todas estas cosas al pueblo, entró en Cafarnaún.
Había allí un centurión que tenía un sirviente enfermo, a punto de morir, al que estimaba mucho.
Como había oído hablar de Jesús, envió a unos ancianos judíos para rogarle que viniera a curar a su servidor.
Cuando estuvieron cerca de Jesús, le suplicaron con insistencia, diciéndole: "El merece que le hagas este favor,
porque ama a nuestra nación y nos ha construido la sinagoga".
Jesús fue con ellos, y cuando ya estaba cerca de la casa, el centurión le mandó decir por unos amigos: "Señor, no te molestes, porque no soy digno de que entres en mi casa;
por eso no me consideré digno de ir a verte personalmente. Basta que digas una palabra y mi sirviente se sanará.
Porque yo -que no soy más que un oficial subalterno, pero tengo soldados a mis órdenes- cuando digo a uno: 'Ve', él va; y a otro: 'Ven', él viene; y cuando digo a mi sirviente: '¡Tienes que hacer esto!', él lo hace".
Al oír estas palabras, Jesús se admiró de él y, volviéndose a la multitud que lo seguía, dijo: "Yo les aseguro que ni siquiera en Israel he encontrado tanta fe".
Cuando los enviados regresaron a la casa, encontraron al sirviente completamente sano.
Cuando Jesús terminó de decir todas estas cosas al pueblo, entró en Cafarnaún.
Había allí un centurión que tenía un sirviente enfermo, a punto de morir, al que estimaba mucho.
Como había oído hablar de Jesús, envió a unos ancianos judíos para rogarle que viniera a curar a su servidor.
Cuando estuvieron cerca de Jesús, le suplicaron con insistencia, diciéndole: "El merece que le hagas este favor,
porque ama a nuestra nación y nos ha construido la sinagoga".
Jesús fue con ellos, y cuando ya estaba cerca de la casa, el centurión le mandó decir por unos amigos: "Señor, no te molestes, porque no soy digno de que entres en mi casa;
por eso no me consideré digno de ir a verte personalmente. Basta que digas una palabra y mi sirviente se sanará.
Porque yo -que no soy más que un oficial subalterno, pero tengo soldados a mis órdenes- cuando digo a uno: 'Ve', él va; y a otro: 'Ven', él viene; y cuando digo a mi sirviente: '¡Tienes que hacer esto!', él lo hace".
Al oír estas palabras, Jesús se admiró de él y, volviéndose a la multitud que lo seguía, dijo: "Yo les aseguro que ni siquiera en Israel he encontrado tanta fe".
Cuando los enviados regresaron a la casa, encontraron al sirviente completamente sano.
EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:
EL CORPUS….
Esta fiesta, esta comida es
expresión de armonía, en torno a una mesa donde se superan egoísmos, rencores,
diferencias. No come uno sólo, comemos con otros. Hoy parece, a veces, que
estamos preocupados más por el mantel, por la cubertería, por las formas y los
modos, por lo exterior que por lo que realmente significa la eucaristía. La
eucaristía era, y debe ser:
-
una comida donde nadie pasa necesidad.
Una comida para recordar la vida, ( hechos y palabras de Jesús).
-
La eucaristía no es una serie de normas
y protocolos. Hay que comer el cuerpo de Cristo con dignidad, y la dignidad no
la dan las normas, dogmas o ritos, sino que nos la da el desvivirnos por los
demás, el compartir el pan de cada día con el hermano. Sigue sorprendiéndome
como en nuestra Iglesia ( siglo XXI) hay mucha preocupación por lo cultual, por
si se hace la liturgia de tal o tal forma, o por si se da la comunión de una
manera o de otra, y muy pocos se cuestionan por el compromiso que conlleva la
eucaristía, la exigencia de amor y vida que tiene este sacramento, como si esto
fuera secundario.
-
La comunión no es recibir para ti, es
recibir y meterte en el mundo, comprometerte y dar, es servicio a los demás.
-
Tenemos una familia a nuestro cargo, no
podemos acomodar nuestra conciencia a ritos y normas accesorias, olvidando que
nuestro reto es dar al mundo razones para vivir, para amar y esperar, y no como
hay que doblar o poner el mantel. Beber del cáliz es el compromiso diario de
desgastarse por el hermano, desearse la paz es el compromiso de ser
instrumentos de paz, y pedir perdón en la eucaristía es soñar con un mundo en
libertad y sin rencores.
El podéis ir en paz de la eucaristía,
no significa, podéis huir en paz. P´ALANTE
PARA LA ORACIÓN:
Jesús, enséñanos a no amarnos sólo a nosotros mismos.
A no contentarnos con amar a los nuestros,
Con amar a los que nos aman.
Jesús, enséñanos a pensar, también, en los demás,
A amar, primeramente a los que no son amados.
Jesús, que nos duela el dolor del amigo.
Jesús, abre los ojos de nuestro corazón,
Hay personas y familias,
Que lejos y cerca de nosotros,
Mueren de hambre, hambre de pan y de soledad,
Están tristes y no sonríen,
Nadie merece morir de hambre,
Nadie merece morir de frío,
Nadie merece sufrir por el egoísmo nuestro,
Que se haga realidad que el pan de la eucaristía se parte;
Jesús,
Que se parte generosamente.
Jesús no permitas que seamos felices a solas.
Haznos cercanos a los que nos rodean
Y que en solidaridad aportemos nuestra vida,
A transformar nuestro mundo con amor y ternura.
Y con quienes en su vida vivieron en libertad y justicia,
luchando por los más necesitados, partiendo el pan con todos.
TOMAMOS EL PULSO A LA REALIDAD:
NOTA MENTAL TRANSITORIA:
Celebramos la Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, antiguamente una fiesta popular muy importante, hoy en día nadie sabe lo
que es. Los mismos cristianos han desvirtuado tanto la eucaristía que ni siquiera
saben que la eucaristía se vive y ellos se quedan en la celebración dominical…
que pena.
Jesús no seleccionaba a sus comensales, parece
que ahora la historia ha cambiado un poco, hemos llenado la eucaristía de
rituales vacíos y normas sin sentido, como los judíos, que sólo se sentaban a
la mesa con aquellos que consideraban dignos de admiración. Jesús compartió
plato con publicanos, prostitutas, gente impura, marginados, ahora somos
demasiado moralistas para entender esto.
Estamos más preocupados por el mantel que por lo que realmente significa
compartir esa comida. Más preocupados en el adoctrinamiento que en la compasión
y el partir el pan con quien lo necesita..,, una pena muy grande. La eucaristía
en la celebración del corpus sale a la calle, porque la vida está en la calle y
la eucaristía se celebra en los altares de la vida.
La normalidad dominante
ResponderEliminarhttp://www.laopiniondemalaga.es/opinion/2016/05/24/normalidad-dominante/851651.html