lunes, 12 de diciembre de 2016

Mateo 1,18-24. IV de adviento, y último.



Evangelio
Este fue el origen de Jesucristo:
María, su madre, estaba comprometida con José y, cuando todavía no habían vivido juntos, concibió un hijo por obra del Espíritu Santo.
José, su esposo, que era un hombre justo y no quería denunciarla públicamente, resolvió abandonarla en secreto.
Mientras pensaba en esto, el Angel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: "José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo.
Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su Pueblo de todos sus pecados".
Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por el Profeta:
La Virgen concebirá y dará a luz un hijo a quien pondrán el nombre de Emanuel, que traducido significa: "Dios con nosotros".
Al despertar, José hizo lo que el Angel del Señor le había ordenado: llevó a María a su casa.

EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:

-          una mujer embarazada, y un niño. Dios se hace presente de esa forma; lo más bello y más auténtico.
-           
Termina el adviento, tiempo de repaso, y tenemos un reto: “acompañemos a vivir”.
Ahora la pregunta es: ¿creemos en Dios? ¿creemos en el Dios que se ha encarnado? Porque si creemos en él, quiere decir que creemos en el Dios que ha querido compartir nuestra indigencia, entonces por qué falta solidaridad y compromiso cercano, creemos en el Dios encarnado es lo mismo que decir que Dios está cerca de ti, dentro de ti; entonces por que seguimos presentando – que se hace en nuestra Iglesia y comunidades- a un Dios que es rival del hombre, que Dios nos exige ponernos de rodillas ante él, o que nos quita la libertad. Si nace en un pesebre y vive con los pobres y camina con sandalias; como orientar ahora nuestras creencias hacia palacios, en medio de grandes celebraciones majestuosas, en el derroche y el poder, en la imposición y el dogmatismo.
                                                                                                              P´ALANTE
Jamás entenderé porque en los belenes ponen a un niño rechoncho y con mofletes…

POR SI INTERESA ORAR:

-          Me llamáis luz y no me creeis
-          Me llamáis camino y no me recorréis
-          Me llamáis maestro y no deseáis
-          Me llamáis Señor y no os ponéis a mi servicio.
-          Decís que soy Rico y no me pedís lo que necesitáis
-          Decís que soy Misericodioso y no confiáis en mi.


TOMAMOS EL PULSO A LA REALIDAD:




NOTA MENTAL TRANSITORIA:

Somos libres de inventarnos a nosotros mismos. Somos libres de ser lo que se nos ocurra ser. El destino es un espacio abierto y para llenarlo como se debe hay que pelear a brazo partido contra el quieto mundo de la muerte y la obediencia y las putas prohibiciones´.
                                                                                                                             E. GALEANO

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