lunes, 27 de febrero de 2017

Mateo 4,1-11. domingo I cuaresma. 5 de marzo



Evangelio
Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el demonio.
Después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, sintió hambre.
Y el tentador, acercándose, le dijo: "Si tú eres Hijo de Dios, manda que estas piedras se conviertan en panes".
Jesús le respondió: "Está escrito: El hombre no vive solamente de pan, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios".
Luego el demonio llevó a Jesús a la Ciudad santa y lo puso en la parte más alta del Templo,
diciéndole: "Si tú eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: Dios dará órdenes a sus ángeles, y ellos te llevarán en sus manos para que tu pie no tropiece con ninguna piedra".
Jesús le respondió: "También está escrito: No tentarás al Señor, tu Dios".
El demonio lo llevó luego a una montaña muy alta; desde allí le hizo ver todos los reinos del mundo con todo su esplendor,
y le dijo: "Te daré todo esto, si te postras para adorarme".
Jesús le respondió: "Retírate, Satanás, porque está escrito: Adorarás al Señor, tu Dios, y a él solo rendirás culto".
Entonces el demonio lo dejó, y unos ángeles se acercaron para servirlo.

EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:

La primera tentación es la de querer organizar la vida desde las cosas materiales, sin contar para nada con Dios ("no sólo de pan..").
-                     Es la tentación del ateísmo existencial, real, práctico. Es decir hacer nuestra vida sin contar con Dios. Así se cortan de raíz todo mal y toda tentación, porque si Dios no existe todo está permitido. Esta tentación es hoy especialmente fuerte. Y nos muestra lo mucho que ha cambiado el hombre, ya que de abusar de Dios hemos pasado a prescindir de El.
-                     No es una tentación que nos llame a negar los artículos del credo de palabra, sino a llevar una existencia cómoda, indolente, incomprometida, sin complicaciones..., sin Dios, sin el Dios Padre de Jesucristo, pues otros serán quienes ocupen su lugar y se constituirán en dioses. ( el dinero, el lujo, el bienestar, la posición social, la fama, el sexo...).
-                     Casi sin darnos cuenta lo hemos convertido todo en pan. A veces, nuestra mayor satisfacción está en digerir y consumir comidas, artículos, objetos, espectáculos, libros, televisión...

-                Esto genera insolidaridad, irresponsabilidad y violencia...

-                     La lucha de esta cuaresma va a ser la de evitar la tentación de convertirlo todo en pan. Habrá que buscar un sentido a la vida y habrá que mantener viva nuestra esperanza
La segunda forma de tentación es la de utilizar a Dios y  poder disponer de El al propio antojo.
-                     Es una tentación de lo más frecuente y que responde a una determinada imagen de Dios: Dios como un objeto que utilizó a mi antojo, como un gran mago, capaz de hacer los "milagritos" que yo necesite o me apetezcan, todo ello a cambio de que yo rece unas jaculatorias o haga una serie de ritos que no buscan más que eso: manipular a Dios a mi antojo.
-                     Se puede utilizar a Dios también relativizándolo. Tomando de Dios aquello que me interesa y va más con mi conciencia, con mis intereses  o mi forma de ser...

La tercera tentación es la de vender a Jesús por tener, por poseer, por gozar.
-                     “todo esto te daré”...Hay gente que confía en los golpes de la fortuna y las tentaciones, las dificultades le hunden.
-                     Hay gente que no tiene paciencia , que le gusta caminar sin retrocesos y que magnifica las pequeñas cosas que le faltan y que le gustaría ser feliz aquí y ahora en este momento...
-                     La felicidad y las cosas no se consiguen sin esfuerzo, a no ser que nos dejemos llevar por lo inmediato y por el “todo esto te daré si te postras y me adoras”.

PARA ORAR:

Señor haz que para nosotros la cuaresma sea  un tiempo propicio para ver. Para ver cómo cultivo el amor a Dios, a los hombres, a la naturaleza,
cómo me impongo medidas de autodominio y de solidaridad con los demás,
cómo aprecio los valores y dignidad de las personas, y los valores de las cosas,
cómo supero falsos idealismos, destrono estrellas fugares, trabajo en esperanza,
cómo me dejo impregnar por el espíritu de las bienaventuranzas evangélicas y no por el afán desmedido del consumismo y ambiciones,
cómo hago de mis convicciones religiosas una vía y compromiso de fidelidades...
Señor ayúdanos a que esta cuaresma sea un tiempo propicio para juzgar por qué se da en mí tanta flaqueza o tibieza en el amor, que se torna egoísmo,
por qué me concedo excesivos placeres que me turban, por dentro, y me alejan de los hermanos a los que debo ayudar en sus necesidades,
por qué menosprecio a los demás (pobres en dinero, cultura, poder, talentos) y los quiero poner a mi servicio,
por qué acojo demasiadas fantasías, huyo de la realidad exigente y austera, y pretendo que el mundo sea para mí,
por qué rehuyo la reflexión sobre el mensaje de Cristo que me convoca al humanismo y al divinismo de las bienaventuranzas,
por qué me engaño haciendo de mi religión, que debería ser impulso obltivo, como el de Jesús, un interés, un espectáculo, una pantalla que oculta mi verdad...

TOMAMOS EL PULSO A LA REALIDAD:


NOTA MENTAL TRANSITORIA:

LA DROGA QUE TODOS NECESITAMOS.
No es para fumar o aspirar o inyectar. En realidad, no corresponde a la definición literal de “droga”. Lo que hace a nuestro cerebro sí corresponde.
Estos son algunos de los efectos: da una sensación de bienestar, ayuda a atenuar dolores físicos y reduce el nivel de cortisol, la hormona del estrés. También reduce el riesgo de contraer resfriados e infecciones del tracto urinario y de problemas cardiovasculares e inmunológicos.
Impresionante en verdad. Y esa “droga” maravillosa es ni más ni menos que los amigos.
Más y más estudios están demostrando que los amigos son buenos para la salud mental y física. Una gran investigación publicada en la revista ‘Scientific Report’, proveniente de la Universidad de Oxford, dice que mantener lazos amistosos fuertes y regulares es una fuente de producción de las famosas endorfinas, cuya capacidad analgésica es más fuerte que la morfina y cuyo efecto de bienestar es comparable al de otros opiáceos.
Las endorfinas son parte de nuestros circuitos de dolor y placer. Son los analgésicos naturales de nuestro cuerpo y encargadas de hacernos sentir bien. Además, promueven la vinculación social entre seres humanos y entre otros animales. A la vez, la interacción social dispara emociones positivas porque las endorfinas se unen a los receptores opioides en el cerebro y producen esa sensación de placer que obtenemos de ver a los amigos.
No es sorpresa, entonces, que el sistema de endorfinas se vea interrumpido en casos de depresión clínica, por ejemplo. Esa es, en parte, la razón por la que las personas deprimidas no encuentran placer y se aíslan. Personas con altos niveles de estrés tienen pocos amigos. Aún más interesante es que la gente que hace mucho ejercicio también tiende a tener pocos amigos. Probablemente porque tanto ejercicio no les deja tiempo para socializar o porque el ejercicio les da la necesaria dosis de endorfinas para sentirse bien.
El punto es que, como especie, los humanos somos animales sociales y hemos evolucionado para vivir en grupo. Es en nuestros genes. Por eso la cantidad y calidad de nuestras relaciones sociales afectan nuestra salud física y mental e inclusive nuestra longevidad.
Científicos de la universidad Carnegie Mellon encontraron que entre mujeres con cáncer de ovarios, las que cuentan con apoyo social de numerosas amistades responden mejor al tratamiento. Muy parecido a lo que ocurre con mujeres con cáncer del seno: las que tienen el soporte de amigos tienden a vivir el doble de las que no. Igualmente, la gente con pocos amigos o sin ellos tiende a morir más rápido después de un ataque al corazón que los que tienen amistades cercanas.
Los verdaderos amigos nos estimulan a cuidarnos mejor, se oponen a que hagamos cosas dañinas y su apoyo ayuda a prevenir depresión y a aumentar la autoestima.
Y ahora viene la sorpresa: la cercana relación que tenemos con hijos, padres y demás familiares, en contraste, tiene poco o ningún efecto en la producción de endorfinas.
Vale notar que los amigos de que estamos hablando son los de carne y hueso con quienes tenemos contacto directo frecuente y en vivo. ¿Cómo se aplica la teoría a los ‘amigos virtuales’? ¿Los de Facebook o Twitter o cualquiera de las muchas redes sociales? Eso es “harina de otro costal” y material para otra columna.
Vidas demasiado ocupadas, mucho tiempo frente a pantallas, dependencia de aparatos electrónicos se atraviesan en el camino de hacer y cultivar amistades. Esta columna es una invitación a darles prioridad a los amigos, la mejor droga para una vida sana, larga y feliz.
CECILIA RODRÍGUEZ
Luxemburgo

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