lunes, 11 de junio de 2018

Marcos 4,26-34. XI ordinario,17 de junio


Evangelio
Y decía: "El Reino de Dios es como un hombre que echa la semilla en la tierra:
sea que duerma o se levante, de noche y de día, la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo.
La tierra por sí misma produce primero un tallo, luego una espiga, y al fin grano abundante en la espiga.
Cuando el fruto está a punto, él aplica en seguida la hoz, porque ha llegado el tiempo de la cosecha".
También decía: "¿Con qué podríamos comparar el Reino de Dios? ¿Qué parábola nos servirá para representarlo?
Se parece a un grano de mostaza. Cuando se la siembra, es la más pequeña de todas las semillas de la tierra,
pero, una vez sembrada, crece y llega a ser la más grande de todas las hortalizas, y extiende tanto sus ramas que los pájaros del cielo se cobijan a su sombra".
Y con muchas parábolas como estas les anunciaba la Palabra, en la medida en que ellos podían comprender.
No les hablaba sino en parábolas, pero a sus propios discípulos, en privado, les explicaba todo.

EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:

- El Reino de Dios es un "fermento de humanidad" y crece en cualquier rincón oscuro del mundo donde se ama al hombre y donde se lucha por una humanidad más digna. Al Reino de Dios le abriremos camino dejando que la fuerza del evangelio "fermente" nuestro estilo de vivir, de amar, trabajar, disfrutar, luchar y ser.
Los creyentes no hemos de perder la alegría a causa de la aparente impotencia del reino de Dios. Siempre parece que «la causa de Dios» está en decadencia y que el evangelio es algo insignificante y sin futuro. Y sin embargo, no es así.
El evangelio no es una moral ni una política, ni siquiera una religión con mayor o menor porvenir. El evangelio es la fuerza salvadora de Dios «sembrada» por Jesús en el corazón del mundo y de la vida de los hombres.
P´ALANTE


POR SI APETECE ORAR:

Jesús, que nadie se atreva a apoderarse de este pan
            Que bajo del cielo para todos.
Este pan de  todos hay que romperlo de nuevo para compartirlo,
Sólo así podremos comer todos de la misma mesa.
Compartir, partir el pan, es sinónimo de una tierra sin fronteras,
Que discrimina, y olvida.
No podemos comulgar el Cuerpo de Cristo,
Si no comulgamos también con su proyecto; el Reino del amor.
Un solo pan , un solo cuerpo de cristo, que se reparte en el encuentro
Con el hermano más necesitado.

            No permitas; Jesús que separemos la eucaristía y el reparto de pan.
Que lo que Jesús ha unido no lo separemos su Iglesia.
            No se trata de reducir el compartir a dar las migajas, sino a entregar nuestra vida.
Jesús es el pan de vida porque pone en juego toda su vida, da su vida
Hasta el final, da su carne a comer, por eso da vida.

TOMAMOS EL PULSO A LA REALIDAD:



NOTA MENTAL TRANSITORIA:

….. me he fijado bastante en el socialisto que nos desgobierna y sus ministros de postín….. que se pasan el día de postureo sonriente. ¿ De qué cojones se ríen? ¿quién está para risas en este puto país de pandereta?
Señor pijisanchez….; ¿ se puede hacer una tortilla sin romper los huevos?  Yo creo que usted es un magnífico rompedor de  huevos, pero incapaz de hacer una buena tortilla.

MANDE QUIEN MANDE, CARTUCHO EN EL CAÑÓN.

Ver las imágenes de origen
ESTAMOS DANDO DE COMER A LA GENTE EQUIVOCADA......

1 comentario:

  1. Ver a alguien que va a prometer el cargo con una sonrisita en la boca, con la que sigue cayendo, es muy significativo.
    Sólo el tiempo dirá si sus ansias de poder están justificadas o no, o es más de lo mismo.

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