lunes, 27 de marzo de 2017

Juan 11,1-45. quinta semana. 2 de abril








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Evangelio
Había un hombre enfermo, Lázaro de Betania, del pueblo de María y de su hermana Marta.
María era la misma que derramó perfume sobre el Señor y le secó los pies con sus cabellos. Su hermano Lázaro era el que estaba enfermo.
Las hermanas enviaron a decir a Jesús: "Señor, el que tú amas, está enfermo".
Al oír esto, Jesús dijo: "Esta enfermedad no es mortal; es para gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella".
Jesús quería mucho a Marta, a su hermana y a Lázaro.
Sin embargo, cuando oyó que este se encontraba enfermo, se quedó dos días más en el lugar donde estaba.
Después dijo a sus discípulos: "Volvamos a Judea".
Los discípulos le dijeron: "Maestro, hace poco los judíos querían apedrearte, ¿quieres volver allá?".
Jesús les respondió: "¿Acaso no son doce las horas del día? El que camina de día no tropieza, porque ve la luz de este mundo;
en cambio, el que camina de noche tropieza, porque la luz no está en él".
Después agregó: "Nuestro amigo Lázaro duerme, pero yo voy a despertarlo".
Sus discípulos le dijeron: "Señor, si duerme, se curará".
Ellos pensaban que hablaba del sueño, pero Jesús se refería a la muerte.
Entonces les dijo abiertamente: "Lázaro ha muerto,
y me alegro por ustedes de no haber estado allí, a fin de que crean. Vayamos a verlo".
Tomás, llamado el Mellizo, dijo a los otros discípulos: "Vayamos también nosotros a morir con él".
Cuando Jesús llegó, se encontró con que Lázaro estaba sepultado desde hacía cuatro días.
Betania distaba de Jerusalén sólo unos tres kilómetros.
Muchos judíos habían ido a consolar a Marta y a María, por la muerte de su hermano.
Al enterarse de que Jesús llegaba, Marta salió a su encuentro, mientras María permanecía en la casa.
Marta dijo a Jesús: "Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto.
Pero yo sé que aun ahora, Dios te concederá todo lo que le pidas".
Jesús le dijo: "Tu hermano resucitará".
Marta le respondió: "Sé que resucitará en la resurrección del último día".
Jesús le dijo: "Yo soy la Resurrección y la Vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá;
y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees esto?".
Ella le respondió: "Sí, Señor, creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que debía venir al mundo".
Después fue a llamar a María, su hermana, y le dijo en voz baja: "El Maestro está aquí y te llama".
Al oír esto, ella se levantó rápidamente y fue a su encuentro.
Jesús no había llegado todavía al pueblo, sino que estaba en el mismo sitio donde Marta lo había encontrado.
Los judíos que estaban en la casa consolando a María, al ver que esta se levantaba de repente y salía, la siguieron, pensando que iba al sepulcro para llorar allí.
María llegó a donde estaba Jesús y, al verlo, se postró a sus pies y le dijo: "Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto".
Jesús, al verla llorar a ella, y también a los judíos que la acompañaban, conmovido y turbado,
preguntó: "¿Dónde lo pusieron?". Le respondieron: "Ven, Señor, y lo verás".
Y Jesús lloró.
Los judíos dijeron: "¡Cómo lo amaba!".
Pero algunos decían: "Este que abrió los ojos del ciego de nacimiento, ¿no podría impedir que Lázaro muriera?".
Jesús, conmoviéndose nuevamente, llegó al sepulcro, que era una cueva con una piedra encima,
y dijo: "Quiten la piedra". Marta, la hermana del difunto, le respondió: "Señor, huele mal; ya hace cuatro días que está muerto".
Jesús le dijo: "¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?".
Entonces quitaron la piedra, y Jesús, levantando los ojos al cielo, dijo: "Padre, te doy gracias porque me oíste.
Yo sé que siempre me oyes, pero lo he dicho por esta gente que me rodea, para que crean que tú me has enviado".
Después de decir esto, gritó con voz fuerte: "¡Lázaro, ven afuera!".
El muerto salió con los pies y las manos atados con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: "Desátenlo para que pueda caminar".
Al ver lo que hizo Jesús, muchos de los judíos que habían ido a casa de María creyeron en él.

EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:


Jesús atiende al amigo enfermo. Jesús lloró ante la tumba de Lázaro porque abrió su corazón al amor de María, Marta y Lázaro,  sólo quien llora por el amigo comienza a valorar la amistad. Del amor nace la vida.
Jesús es esperanza más allá de la muerte. Se ha discutido mucho sobre este relato; si ocurrió tal y como se describe el evangelista, ( Nadie discute que Jesús no pudiera hacerlo) yo pienso que es una catequesis magnífica ( luz, agua, vida), no obstante tenemos que recordar que los cristianos no creemos en la reencarnación, tampoco que Jesús “revive” a los muertos, en todo caso el evangelio no sería resurrección sino reanimación de un muerto. Creemos en la resurrección. Es decir la certeza de no morir, de que nuestra vida no tiene punto y final... distinto a reanimar a los muertos.
San Agustín comentando este Evangelio dice que los cristianos cantan su resurrección en la celebración de la eucaristía. Más adelante el Evangelista se celebra la resurrección y es Lázaro quien sirve a los comensales en la fiesta. La Eucaristía este encuentro de amistad que es vida para todos; celebremos pues la vida en vez de llorar la muerte.
            El amor es más fuerte que la muerte.
P´ALANTE

POR SI APETECE ORAR:


      El amor abre los caminos;
No son las armas, ni los que intentan romper fronteras
      Los que viven en la luz;
Son los que caminan dando amor, multiplicando vida.
      El amor hace de toda la tierra nuestra tierra.
      El mundo entero nos reclama – cristianos- para ser luz,
      El mundo entero grita por sed y hambre de luz, de amor y compromiso solidario,
      Digamos con nuestra vida al mundo
      Que no busque a un Dios muerto sino a un Dios vivo;
      Que vive con nosotros y entre nosotros.
      Un Dios vivo;
      Que nos ama y busca desde siempre
      Que nos llama por nuestro nombre, para ser testigos de esperanza
      Que conoce nuestros fallos y nos empuja hacia delante,
      Que nos necesita como testigos y mensajeros,
      Que está cada día a nuestro lado;
      Y que nos tiene reservada  una verdad; la verdad del amor.


TOMAMOS EL PULSO A LA REALIDAD:




NOTA MENTAL TRANSITORIA:

Vivo en una sociedad llena de muertos vivientes, hay más muertos andando por las calles que enterrados en los cementerios,por eso la reflexión mental transitoria de hoy la voy a dedicar a salir del sepulcro…
Desatadlo y dejadlo que ande”””
Salgamos del sepulcro del miedo:. Descubre tus capacidades y mira al futuro con esperanza. Salta por encima de la dificultad.
Del sepulcro de tu desesperanza: y busca ideales, quien se considera cristiano tiene como meta la utopía del amor. La única ley, la única norma.
Del sepulcro de la rutina: desata tus miedos, y ama como su fuera la primera vez que tienes en tus brazos a la persona amada.
Del sepulcro de tus egoísmos: apegos y comodidades. El cristiano nos es cómodo, el cristiano desestabiliza, ¡sal de las jaulas de oro que te has creado!
Deja el sepulcro de la tristeza, de la soledad: un pueblo sin fiesta es un pueblo estéril, una comunidad festiva es creativa, en la fiesta está la esperanza. No somos la  religión del llanto y el luto, sino de la fiesta y la vida.
Sal del sepulcro de la duda, de los fracasos y enfermedades, de complejos y sufrimientos, porque el amigo ( con mayúsculas) está contigo.

                               Mande quien mande , cartucho en el cañón

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