martes, 7 de mayo de 2019

Juan 10:27-30. IV pascua. 12 de mayo


Evangelio

27Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas mi siguen.28Yo les doy vida eterna y no perecerán jamás, y nadie las arrebatará de mi mano.29El Padre, que me las ha dado, es más grande que todos, y nadie puede arrebatar nada de la mano del Padre.30Yo y el Padre somos uno.»


EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:

“ mis ovejas escuchan mi voz”: nos llenan la vida de palabras vacías, y podemos perder nuestra capacidad para escuchar la voz de Dios. Para permanecer abiertos a esa Palabra Viva que está presente en lo más hondo de la vida y de nuestro ser.
Atentos a la llamada de Dios; escuchar la voz de la verdad, sintonizar con lo mejor que hay en nosotros, es escuchar a aquel que puede dar vida a nuestra vida.
Lo que cambia el corazón del hombre no son las palabras, ni las ideas, ni las razones, sino la escucha sincera de la voz de Dios.
                Decimos que Dios es amor; o sea que sólo nos tiene amor y nos quiere, y que si él es amor, de él no puede brotar más que amor; incluso cuando no nos merecemos ser amados. Amar sin condiciones; eso a nosotros nos puede parecer imposible.
El buen pastor, no es un legislador exigente, se interesa por el bien de sus ovejas hasta llegar incluso a dar su vida por ellas.

p´alante

POR SI APETECE ORAR:

Padre, queremos vivir intensamente
Nos acordamos de aquellos que no están con nosotros,
Y tenemos plena confianza en ti,
Las inquietudes e interrogantes que nos asaltan,
No podrán apartarnos de tú amor.
Porque vivimos podemos amarte
Como sacramento de este amor
Pronunciamos esta plegaria de alabanza,
Con toda la Iglesia,
Con todos los hombres y mujeres que predican el Evangelio con su vida.
Queremos parecernos a Jesús,
Cuya existencia en el amor,
Fue el motivo por el que resucitaste.
Queremos también que junto con el
Este sacramento de la eucaristía
Sea expresión de nuestro amor y de nuestro esfuerzo
Realizado para vivir en relación con los demás.

TOMAMOS EL PULSO A LA REALIDAD:




NOTA MENTAL TRANSITORIA:

Ley para la eternidad.

A la atención de todas las autoridades y personal.

                               Desde la jefatura del Estado de Esperanza

                Real Decreto con fecha para toda la eternidad.
               
                En virtud de lo dispuesto en todos los artículos que marca el Evangelio; la Buena noticia. Queda declarado que la única ley que merece la pena seguir es la ley del amor. Esta ley está por encima de cualquier otra ley que disponga cualquier estado y por ella queda establecido un mandamiento único: que os améis unos a otros como Dios nos ama, como nos amó Jesús, es el amor más intenso y verdadero. Lo importante no es saber mucho de leyes, o cumplir muchos ritos, sino el modo de amar.
                Sólo se podrá conocer a los discípulos y amigos de Jesús por su capacidad de amarse los unos a los otros, y de hacer el bien a los que les rodean. Todo lo demás  carece de importancia.

                               Firmado para todos los días, por Jesús de Nazareth, el Camino, la Verdad y la Vida.
                               Aviso urgente: sólo el amor hace que la vida merezca la pena ser vivida. No necesitarán otras leyes.

MANDE QUIEN MANDE, CARTUCHO EN EL CAÑÓN.


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