martes, 27 de octubre de 2015

Mateo 5,1-12a. domigo 1 de noviembre.



SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS


Evangelio .
Al ver a la multitud, Jesús subió a la montaña, se sentó, y sus discípulos se acercaron a él.
Entonces tomó la palabra y comenzó a enseñarles, diciendo:
"Felices los que tienen alma de pobres, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos.
Felices los pacientes, porque recibirán la tierra en herencia.
Felices los afligidos, porque serán consolados.
Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.
Felices los misericordiosos, porque obtendrán misericordia.
Felices los que tienen el corazón puro, porque verán a Dios.
Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios.
Felices los que son perseguidos por practicar la justicia, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos.
Felices ustedes, cuando sean insultados y perseguidos, y cuando se los calumnie en toda forma a causa de mí.
Alégrense y regocíjense entonces, porque ustedes tendrán una gran recompensa en el cielo; de la misma manera persiguieron a los profetas que los precedieron."

EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:


¿ qué es ser santo?

Recuerdo cierto día – uno de tantos- que Juan Pablo II canonizó ( que canonizó a granel y con manguera)  a un "santo" fundador de una prelatura cuyo nombre no quiero acordarme……………… que dije, que no todos lo que declaran santos los papas, lo son; y que hay muchos que no declara la Iglesia , que sí lo son. Poco más y me cuesta el cuello, y el mártir hubiera sido yo.

-          ser santo es seguir siendo una persona normal y corriente que siente la insatisfacción que produce una visión del mundo donde los hombres aceptan como necesidad el tener y el poder por encima de todo.
-          Ser santo es ofrecer nuestra amistad a quien se encuentra solo, ser capaz de temblar cuando vemos que alguien vive en profunda soledad.
-          Ser santo es no aceptar la violencia a la que nos lleva la competición social, la separación de los hombres con barreras económicas, sociales, religiosas, raciales, nacionales….
-          Ser santo es saberse hijo de Dios, llamar con la vida y no con la boca a Dios Padre.
-          Ser santo es vivir con la limpieza de corazón suficiente como para caminar por la vida sin segundas intenciones, ofreciendo sinceridad y confianza.
-          Ser santo es tener confianza, esperanza y alegría, porque Jesús está con nosotros haciendo posible una convivencia nueva, un mundo mejor.
-          Ser santo es ser solidario.
-          …..

Para ser santo no son necesarios rezos extraordinarios, ni reprimir la alegría, ni sufrir mucho en la vida, ni ser moralmente perfectos. Hombres y mujeres santos andan por nuestras calles cada día, nos acompañan con humanidad y sencillez, en nuestras fábricas, oficinas, hospitales, tiendas, colegios…
                Lo más importante de esta fiesta es que ellos son de nuestra familia, pasaron por la vida haciendo el bien. No son ángeles, no son héroes, han tenido el  mismo camino que nosotros y han sabido conquistar la luz y la verdad. Han vivido el Evangelio con autenticidad y han escrito una historia de amor.
                Aquí no vale aquellos que dicen que quieren curas santos, cristianos santos, católicos santos, catequistas santos, madres de familia santas, etc, según su criterio, atendiendo a su modelo, eso es fanatismo, y muy peligroso.
                La santidad es una aventura, un riesgo, transformador del mundo, por eso dice San Agustín: “ muchos que Dios tiene no los tiene la Iglesia, y muchos que tiene la Iglesia no los tiene Dios”. O sea que uno no es santo porque lo diga el Papa, es santo porque su vida era conforme a su santidad….. y lo repito a riesgo de que me vuelva a costar la cabeza.
               
                Sería de justicia santificar a todos las víctimas de este mundo; de hambre, violencia, terrorismo, marginación, declarar a todos santos con mayúscula, ya Dios lo ha hecho hace tiempo…. Pero le lanzo el órdago al Papa Francisco.
               
La mayoría de los que hoy celebramos no hicieron nada especial, magnífico, fueron "normales", y  seguramente débiles: pero dijeron "sí' a Dios y mantuvieron ese "sí" en la vida de cada día, su amor no se interrumpió ni siquiera con los defectos y  caídas.

LAS BIENAVENTURANZAS SON OCHO AVENTURAS PARA SER FELIZ

-          Elegir ser pobre para encontrar la libertad.
-          Abordar el sufrimiento para encontrar la compasión.
-          Ser no-violento para dar alivio y refugio para los que buscan consuelo.
-          Tener sed y hambre de justicia para defender a los sin voz.
-          Prestar ayuda porque nos gustan las manos tendidas y no las manos cruzadas.
-          Tener limpio el corazón  porque no creemos en los hipócritas.
-          Trabajar por la Paz porque nuestros actos son de amor.
-          Vivir perseguidos porque quien vive el Evangelio de forma auténtica es incómodo y peligroso.

La única palabra que atenta contra las bienaventuranzas y te aparta directamente del camino de Jesús de Nazareth es decir: “ es imposible”. Los imposibles son el camino y la libertad nuestra compañera de viaje. P´alante


PARA LA REFLEXIÓN PERSONAL:

Parte del regalo
 Dicen que una vez una niña en África le dio a su maestra un regalo de cumpleaños. Era un hermoso caracol. "¿Dónde lo encontraste?", preguntó la maestra. La niña le dijo que esos caracoles se hallan solamente en cierta playa lejana. La maestra se conmovió profundamente porque sabía que la niña había caminado muchos kilómetros para buscar el caracol. "No debiste haber ido tan lejos sólo para buscarme un regalo", comentó. La niña sonrió y contestó: "Maestra, la larga caminata es parte del regalo". 


TOMAMOS EL PULSO A LA REALIDAD:






ttps://www.youtube.com/watch?v=ehR430jsBVY  ( Romero, el santo del pueblo)




artículo:
( por si queda algo que reflexionar)


¿Quién puede ser santo?

MARÍA DENISSE FANIANOS DE CAPRILES |  EL UNIVERSAL 




Todos los católicos podemos ser santos, y santos de altar. La llamada universal a la santidad, afirmación que es central en el Evangelio: "por eso, sed vosotros perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto" (Mt 5, 48), es una llamada para todos los bautizados. El Concilio Vaticano II la proclamó solemnemente: "todos los fieles, de cualquier estado o condición, son llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección de la caridad, que es una forma de santidad que promueve, aún en la sociedad terrena, un nivel de vida más humano. Para alcanzar esa perfección, los fieles, según la diversa medida de los dones recibidos de Cristo, siguiendo sus huellas y amoldándose a su imagen, obedeciendo en todo a la voluntad del Padre, deberán esforzarse para entregarse totalmente a la gloria de Dios y al servicio del prójimo" (Lumen gentium, n. 40; cfr. nn. 39 y 41).

Sin embargo, no es tan fácil ser santo. Los diez pasos necesarios, según la legislación canónica vigente, para los procesos de las Causas de los Beatos y de los Santos son:

1.- Para iniciar una causa es preciso que pasen al menos 5 años desde la muerte del candidato. Ello facilita mayor equilibro y objetividad en la valoración del caso, y permitir decantar las emociones del momento. Solo el Papa puede dispensar de este primer requisito, si se dan razones especiales.

2.- Debe ser clara entre el pueblo de Dios la convicción sobre la fama de santidad y sobre la eficacia de la intercesión del candidato ante el Señor.

3.- La instrucción que comienza al proceso debe proceder del obispo de la diócesis donde ha muerto la persona sobre la que se pide la beatificación. El grupo promotor de la causa, que puede ser una diócesis, una parroquia, una congregación religiosa, una asociación, pide al obispo, a través del postulador, la apertura de la instrucción.

4.- Una vez presentada la causa el obispo de la diócesis, obtenido el "nulla obstat" de la Santa Sede, constituye un tribunal diocesano especial.

5.- Este tribunal diocesano, constituido por un juez, un promotor de justicia y un notario-actuario, han de llamar a los testigos presentados por la postulación o por el mismo tribunal para que testifiquen sobre hechos concretos y, si es posible, experiencias personales sobre cómo vivió su fe y cómo practicó las virtudes cristianas el candidato a la beatificación. Los testigos serán preguntados acerca de cómo vivió las 3 virtudes teologales (fe, esperanza y caridad) y las 4 virtudes cardinales (prudencia, justicia, templanza y fortaleza), así como las específicas de su propio estado de vida.

6.- Terminada la instrucción diocesana, las actas y documentación pasan a la Congregación para las Causas de los Santos (CCS), donde se elabora la copia pública. El postulador, residente en Roma, sigue la dirección de un relator de la Congregación la preparación de la "positio", que es la síntesis de los documentos que prueban el ejercicio heroico de las virtudes por parte del candidato.

7.- La "positio", se somete al examen teológico de 9 teólogos que emiten su voto. Si el parecer de la mayoría de los teólogos es favorable, la causa pasa al examen de los cardenales y de los obispos miembros de la Congregación.  Si el resultado es favorable, el prefecto de la CCS pasa el proceso al Papa para que proceda, si corresponde, a su aprobación y autorice a la Congregación a redactar el decreto correspondiente de reconocimiento de virtudes heroicas.  Sigue la lectura pública y la promulgación del decreto. Desde ese momento el candidato pasa a denominarse venerable siervo de Dios.

8.- El siguiente paso es el reconocimiento de un milagro atribuido a la intercesión del candidato. Este milagro ha de haberse producido después de su muerte. Se trata de una curación duradera y científicamente inexplicable después que el enfermo en su persona y/o a través de las oraciones de otras personas se haya encomendado al candidato a la beatificación. El milagro requerido es estudiado por una comisión de teólogos, una comisión médico-legal y finalmente por el consejo de cardenales y obispos miembros de la CCS. Con estos vistos buenos, se procede a que el Papa apruebe el milagro y se emane el decreto de reconocimiento de milagro.

9.- Promulgados los 2 decretos –el de virtudes heroicas y el del milagro-, el Papa decide la beatificación, que es la concesión del culto público limitado a un ámbito particular de la Iglesia. Con la beatificación, al candidato le corresponde el título de beato.

10.- Para la canonización hace falta otro milagro atribuido a la intercesión del beato y ocurrido después de su beatificación. Las condiciones y procesos para la verificación del milagro son las mismas que las seguidas para la beatificación. Mediante la canonización se concede el culto público en toda la Iglesia universal. Compromete la infalibilidad pontificia. Con la canonización corresponde el título de santo.

3 comentarios:

  1. Santos en vida...a los que tienen mil miedos...y cada día es un reto de supervivencia..

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  2. Santos de patera y concertina

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  3. http://elpais.com/m/internacional/2015/11/04/actualidad/1446630464_723105.html

    ¡Treinta! Y publicandolo a bombo y platillo.
    Por que no publican fotos de los campos de refugiados? Del frio y las condiciones en las que estan viviendo tantos menores que sin comerlo ni beberlo se han encontrado durmiendo a la intemperie?

    No entiendo nada

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