Evangelio
39Les añadió
una parábola: «¿Podrá un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el
hoyo?40No está el discípulo por encima del maestro. Todo el que esté bien
formado, será como su maestro.41¿Cómo es que miras la brizna que hay en el ojo
de tu hermano, y no reparas en la viga que hay en tu propio ojo?42¿Cómo puedes
decir a tu hermano: "Hermano, deja que saque la brizna que hay en tu
ojo", no viendo tú mismo la viga que hay en el tuyo? Hipócrita, saca
primero la viga de tu ojo, y entonces podrás ver para sacar la brizna que hay
en el ojo de tu hermano.43«Porque no hay árbol bueno que dé fruto malo y, a la
inversa, no hay árbol malo que dé fruto bueno.44Cada árbol se conoce por su
fruto. No se recogen higos de los espinos, ni de la zarza se vendimian uvas.45El
hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca lo bueno, y el malo, del malo
saca lo malo. Porque de lo que rebosa el corazón habla su boca.
EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:
Hipócritas
Estas tres parábolas hablan por si solas: muestran
la actitud que tiene que tener el discípulo.
-lúcido
- siempre en permanente conversión
- fructificar
El deporte nacional de juzgar al prójimo se ha
terminado. No hay cabida para hipócritas en el grupo de Jesús. Esos que
practican el postureo de la comunión diaria, no nos engañan. No es posible decirse seguidor de Jesús de Nazareth
y no ser una persona llena de luz, trasparente, que está dispuesto al cambio y
a rectificar siempre que sea necesario, y sobre todo a dar fruto. Es la
realidad del Evangelio, que pega una patada en el culo a todos aquellos que no
son auténticos.
Hemos
pensado siempre que tener fe: es que al final vamos a ir al cielo, que tiene
que existir algo. Sin embargo la fe es una fuente de vida, no es creer en algo
más allá, sino creer en alguien que nos hace vivir de una forma especial,
superando nuestros errores, abriendo nuestra vida a un horizonte de hermanos.
La fe no es un tranquilizante,
donde nos agarramos en los momentos críticos y difíciles. Es compromiso, es dar
fruto y en abudancia. P´alante
POR SI APETECE ORAR
“ A veces me es imposible conciliar el sueño por la noches
pensando
en los sufrimientos de los hombres; me es imposible desterrar de mi atención
los sufrimientos de la humanidad.
No
quiero gozar de reposo mientras los pobres, los mendigos, los vagabundos,
atenazados por el frío, duermen entre harapos, en los túneles y en las escaleras
del metro, porque allí en el escenario subterráneo, se está caliente.
Esta
miseria me concierne. Es ahí, en esos corazones, donde Jesús de Nazareth
prosigue de modo misterioso clavándose en la cruz.
Debían
de dejar que al menos por un minuto se hiciera un gran silencio... y escuchar
los llantos de todos los que lloran en el mundo: los hambrientos, los pobres,
los que soportan las guerras, los enfermos, los presos.. ¿Quién podría soportar
tanto dolor, tanto grito, tanto clamor? ¡ Jesús hoy te pedimos por ellos, por
aquellos que no tienen nada... tampoco esperanza porque nosotros se la hemos
robado”.
TOMAMOS EL PULSO A LA REALIDAD:
NOTA MENTAL TRANSITORIA:
Si no siembras…no esperes frutos…
- Don Laureano, ¿Ha visto
mi campo? Pregunto el joven agrónomo al su vecino. Si… lo ha dejado lindo,
patroncito!. Qué opina ¿será que este terreno me da buen algodón?
¿Algodón, patroncito? no creo que pueda dar algodón. En Los años
que llevo aquí, nunca he visto que dé algodón. ¿Y maíz? ¿Será que si me
dará maíz? ¿Maíz, patroncito? No creo…Por lo que yo sé, este campo puede
dar es algo de pasto, un poco de leña, sombra para las vacas, y con suerte,
alguna frutica de monte.
Pero maíz, no creo que le
dé. ¿Y soya? ¿Será que sí? ¿Soya, patroncito? no le quiero desilusionar. No
creo que de soya. Agradezco su opinión dice el joven. Pero ¿sabe una cosa?
Voy hacer una prueba. Voy a sembrar algodón y vamos a ver qué resulta. Usted me
ha dicho que no ha visto que en este campo se diera nunca algodón. Ah bueno,
patroncito…si usted siembra…es otra cosa.
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