EVANGELIO:
Les decía también: «¿Acaso se trae la lámpara para ponerla debajo del celemín o
debajo del lecho? ¿No es para ponerla sobre el candelero?
Pues nada hay oculto si no es para que sea manifestado; nada ha sucedido en
secreto, sino para que venga a ser descubierto Quien tenga oídos para oír, que
oiga.»
Les decía también: «Atended a lo que escucháis. Con la medida con que midáis,
se os medirá y aun con creces.
Porque al que tiene se le dará, y al que no tiene, aun lo que tiene se le
quitará.»
EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:
Sintoniza tu corazón a la onda de Nazareth, encuentra el momento y la situación
oportuna para ponerte un poco a tono y saber por dónde van los vientos libres del
Reino de Dios. Jesús con el ejemplo del candil nos recuerda que nuestra vida es
para dar luz, una vida que no sirve, no sirve para nada. Podemos ocultar
nuestra luz y vivir en la comodidad, estaremos siendo cómplices e todo aquello
que Jesús nos ha enseñado y no hemos puesto en práctica. Sólo pueden ser luz
los que aman de verdad, cuando creemos en un Dios alegre, cuando sonreímos a
pesar de las dificultades, cuando cuentan más nuestros valores que nuestro
dinero….
Termina Jesús diciendo “la medida que uséis la usaran con vosotros”. No nos
equivocamos nunca si usamos en nuestra vida la medida de la misericordia y de
la compasión, pues todo lo que sea ayudar y preocuparnos por los demás da luz e
ilumina al mundo en que vivimos.
No nos equivocaremos si tomamos en serio la vida de todos los seres humanos: su
seguridad, dignidad, derechos y felicidad.