jueves, 7 de abril de 2011

Jn 7, 1-2.10.25-30. Viernes 8 de abril

Evangelio En aquel tiempo, Jesús recorría Galilea, pues no quería andar por Judea, porque los judíos trataban de matarlo. Se acercaba ya la fiesta de los judíos, llamada de los Campamentos.Cuando los parientes de Jesús habían llegado ya a Jerusalén para la fiesta, llegó también él, pero sin que la gente se diera cuenta, como de incógnito. Algunos, que eran de Jerusalén, se decían: “¿No es éste al que quieren matar? Miren cómo habla libremente y no le dicen nada. ¿Será que los jefes se han convencido de que es el Mesías? Pero nosotros sabemos de dónde viene éste; en cambio, cuando llegue el Mesías, nadie sabrá de dónde viene”.Jesús, por su parte, mientras enseñaba en el templo, exclamó:“Conque me conocen a mí y saben de dónde vengo.Pues bien, yo no vengo por mi cuenta, sino enviado por el que es veraz; y a él ustedes no lo conocen. Pero yo sí lo conozco, porque procedo de él y él me ha enviado”. Trataron entonces de capturarlo, pero nadie le pudo echar mano, porque todavía no había llegado su hora. EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA: Nietzsche, el filósofo alemán, solía decir: tendrían que cantarme cantos más alegres. Sería necesario que tuvieran rostros de salvados para que creyera en su salvador. Ya va siendo hora de recuperar la fiesta y la alegría. ¡ ya! No somos la religión del llanto, del luto y mucho menos de la condena fría y triste. Es Jesús quien nos lo ha enseñado, incluso en los peores momentos. La alegría del cristiano no es fruto de tener suerte en la vida, buena salud, ser optimista, no es un esfuerzo. La alegría del cristiano nace de saber que Dios te ama y que hay un mundo por conquistar con amor. La alegría es una manera de estar en la vida. Incluso cuando ha llegado la hora… cuando las persecuciones de esta vida se ponen tras de ti, es momento de celebrar la alegría , porque nuestro Díos es el Dios del amor. Sin alegría es difícil amar, crear, vivir algo interesante. La alegría es el rostro de Dios en el hombre. Curiosamente muy pocos cuadros, dibujos retratos y fotos nos han mostrado a un Cristo sonriente, y estoy seguro que hasta en sus peores momentos Cristo estuvo riéndose y celebrando la vida con sus amigos, Por un amor inquebrantable, por proclamar una amistad tan fuerte y profunda que crea del otro un hermano, por llamar a la vida en abundancia llena de alegría, que es lo mismo que creer que otro mundo es posible, lo crucificaron a Jesús. Pero no sin esperanza. Que el amor no se pase de moda. “ Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por los amigos”.P´alante pues.

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