EVANGELIO
Al entrar en Cafarnaún, se le acercó un centurión,
rogándole":
"Señor, mi sirviente está en casa enfermo de parálisis
y sufre terriblemente".
Jesús le dijo: "Yo mismo iré a curarlo".
Pero el centurión respondió: "Señor, no soy digno de
que entres en mi casa; basta que digas una palabra y mi sirviente se sanará.
Porque cuando yo, que no soy más que un oficial subalterno,
digo a uno de los soldados que están a mis órdenes: 'Ve', él va, y a otro:
'Ven', él viene; y cuando digo a mi sirviente: 'Tienes que hacer esto', él lo
hace".
Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que lo seguían:
"Les aseguro que no he encontrado a nadie en Israel que tenga tanta fe.
Por eso les digo que muchos vendrán de Oriente y de
Occidente, y se sentarán a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob, en el Reino de
los Cielos;
EL EVANGELIO NO ES UN SOMNÍFERO, ES PURA DINAMITA:
La humildad y sencillez, el despojarse de todo tipo de
altanería sí que va con el Evangelio y con Jesús. Algunos no saben de qué va
eso y siguen hablando en su nombre, cometen barbaridades y dejan muy mal parada
a la institución que dicen representar. No somos dignos y lo sabemos, no
presumimos de otra cosa, el ser indignos de tanta misericordia nos hace
reconocer que no siempre lo hacemos bien. Aportamos por la transparencia, por
el abrazo sincero y detestamos la imposición y la interpretación única de la realidad por parte de nadie. Siempre puertas abiertas y nunca sectarismo cerrado y con olor a naftalina.
Se destaca la bondad y solidaridad del centurión para con su sirviente...aquí está la clave...querer mitigar los dolores y sufrimientos de los otros....no hay que temer nada, en la lucha no se afloja...mande quien mande cartucho en el cañón....
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