7No te asombres de que te haya dicho: Tenéis que nacer de lo
alto.8El viento sopla donde quiere, y oyes su voz, pero no sabes de dónde viene
ni a dónde va. Así es todo el que nace del Espíritu.»9Respondió Nicodemo:
«¿Cómo puede ser eso?»10Jesús le respondió: «Tú eres maestro en Israel y ¿no
sabes estas cosas?11«En verdad, en verdad te digo: nosotros hablamos de lo que
sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto, pero vosotros no aceptáis
nuestro testimonio.12Si al deciros cosas de la tierra, no creéis, ¿cómo vais a
creer si os digo cosas del cielo?13Nadie ha subido al cielo sino el que bajó
del cielo, el Hijo del hombre.14Y como Moisés levantó la serpiente en el
desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre,15para que todo el que
crea tenga por él vida eterna.
EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:
Los cristianos hemos sido
acusados de haber puesto los ojos, con demasiada frecuencia, en la otra vida y
haber olvidado ésta. Una esperanza mal entendida puede llevarnos a levantar los
pies del suelo y despreocuparnos de nuestro mundo. Sin embargo, esa vida del
mundo futuro se empieza a vivir ya aquí desde la esperanza, de forma
incipiente, pero real. Por esta
razón la esperanza tiene tanta
fuerza y es motor de transformación del mundo. Nuestra certeza se apoya en la certeza de que la victoria de Cristo será también la
nuestra. ¿De qué modo? Si como Jesús de
Nazaret, somos capaces de luchar, desde el amor, contra todo aquello que atenta
contra el hombre.
La sobredosis de malas noticias que nos ofrecen los
medios de comunicación va dejando al descubierto una innegable crisis
de esperanza. Esa fotografía de la realidad
que nos ofrecen los periódicos o los informativos diarios aparece
ensombrecida por tantos sucesos que hablan de violencia, de guerra, de
injusticia.
Se sobrevive más que se
vive. No hay fuerzas para correr nuevos riesgos, no se quiere
cambiar, no tenemos empuje. Todos estos síntomas denotan una gran crisis de la
esperanza… pero no hay miedo para quien cree que esta vida es eterna, sin punto
y final. Y no hay nadie más peligroso para los poderosos que una persona sin
miedo. P´alante
No basta levantar al débil, hay que sostenerlo después.
ResponderEliminarWilliam Shakespeare
Gracias, amigos, soy Pesca. Vosotros sois formidables, Hacéis mucho bien, necesitamos gente como vosotros. Dar caña y todo envuelto en BUEN HUMOR y mucho amor también por los últimos, incluidos los que "están arriba"(parece que no tienen miedo a la caída).
ResponderEliminarMucho ánimo ... y ¡adelante! Un fuerte abrazo de Pesca
La paz del pescador.
ResponderEliminarUn hombre rico y emprendedor se horrorizó cuando
vio a un pescador tranquilamente recostado junto a su
barca contemplando el mar y fumando apaciblemente
su pipa después de haber vendido el pescado.
-¿Por qué no has salido a pescar? -le preguntó el
hombre emprendedor.
-Porque ya he pescado bastante por hoy -respondió
el apacible pescador.
-¿Por qué no pescas más de lo que necesitas? -insistió
el industrial.
-¿Y qué iba a hacer con ello? -preguntó a su vez el
pescador.
-Ganarías más dinero -fue la respuesta- y podrías
poner un motor nuevo y más potente a tu barca. Y
podrías ir a aguas más profundas y pescar más
peces. Ganarías lo suficiente para comprarte unas
redes de nailon, con las que sacarías más peces y
más dinero. Pronto ganarías para tener dos barcas...
Y hasta una verdadera flota. Entonces serías rico y
poderoso como yo.
-¿Y qué haría entonces? -preguntó el nuevo pescador.
-Podrías sentarte y disfrutar de la vida -respondió el
hombre emprendedor.
-¿Y qué crees que estoy haciendo en este preciso
momento? -respondió sonriendo el apacible pescador.
P´alante siempre. Con gente como tú ( Pesca) es fácil.
El hombre valiente no es el que no siente miedo, sino aquel que conquista ese miedo.
ResponderEliminarNelson Mandela