martes, 23 de septiembre de 2014

Lucas 9,1-6. MIÉRCOLES.24 SEPTIEMBRE.

Evangelio 
Jesús convocó a los Doce y les dio poder y autoridad para expulsar a toda clase de demonios y para curar las enfermedades. 
Y los envió a proclamar el Reino de Dios y a sanar a los enfermos, 
diciéndoles: "No lleven nada para el camino, ni bastón, ni alforja, ni pan, ni dinero, ni tampoco dos túnicas cada uno. 
Permanezcan en la casa donde se alojen, hasta el momento de partir. 
Si no los reciben, al salir de esa ciudad sacudan hasta el polvo de sus pies, en testimonio contra ellos". 
Fueron entonces de pueblo en pueblo, anunciando la Buena Noticia y curando enfermos en todas partes. 

EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:

PEDIMOS PERDÓN, ESTUVIMOS UNOS DÍAS FUERA DE SERVICIO POR ACOSO Y DERRIBO.....


- Sólo hay una manera de proclamar a Dios: Trabajar gratuitamente por infundir a los  hombres nueva vida (implicarse):
-                   Curar enfermos, es decir, liberar a las personas de todo lo que las paraliza, les roba vida  y hace sufrir. Sanar el alma y el cuerpo de todos los que se sienten destruidos por el dolor y  angustiados por la dureza despiadada de la vida diaria.
Os habéis fijado: Cuando Dios quiere hablar se encarna. Cuando Dios quiere hablarnos nos manda a su hijo para que se desgaste, se entregue, se sacrifique por el hombre y de su vida por ellos. ( bonita manera de hablar)

Cuando Jesús habla: lo hace a la gente del “curro”, a los que trabajan; a los pescadores de su tiempo, a la gente de campo ocupada, partía la barra de pan de  cada día, dedicado a curar, amar y perdonar. Al final hizo el ridículo en una cruz. Y es nuestra esperanza. Y ESO ES LO QUE ESPERA DE NOSOTROS, SUS DISCÍPULOS. P´ALANTE

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