EVANGELIO
En aquel tiempo, Jesús iba caminando de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo,
predicando el Evangelio del reino de Dios; lo acompañaban los Doce y algunas
mujeres que él habla curado de malos espíritus y enfermedades: María la
Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, mujer de Cusa,
intendente de Herodes; Susana y otras muchas que le ayudaban con sus bienes.
EL EVANGELIO NO ES UN SOMNÍFERO, ES PURA DINAMITA:
La invitación es clara y no admite lugar a la duda: el seguidor de Jesús ha de
ser una persona que no tiene lugares fijos donde vivir, y más importante que
eso, no tiene ideas y pensamientos inamovibles y perpetuos. El seguidor de
Jesús tiene que ser itinerante, en permanente estado de sorpresa y asombro, en
camino...y para ello tenemos que tener nuestro equipaje ligero y tener los
arrestos suficientes y necesarios para remar siempre mar adentro, sea cual sea
la situación y el momento que nos toca vivir, remar mar adentro es sonreír
aunque lloremos por dentro, es tender la mano para quien la quiera coger, es
hacer de tripas corazón y embarcarse en proyectos que otros tildan de
locuras....es, en definitiva enamorase del Evangelio y hacer de éste un estilo
de vida que merece la pena. Ánimo y al toro….
No hay comentarios:
Publicar un comentario