EVANGELIO
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«¡Ay de vosotros, porque edificáis los sepulcros de los
profetas que vuestros padres mataron!
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Por tanto, sois testigos y estáis de acuerdo con las obras
de vuestros padres; porque ellos los mataron y vosotros edificáis.
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«Por eso dijo la Sabiduría de Dios: Les enviaré profetas y
apóstoles, y a algunos los matarán y perseguirán,
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para que se pidan cuentas a esta generación de la sangre
de todos los profetas derramada desde la creación del mundo,
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desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, el
que pereció entre el altar y el Santuario. Sí, os aseguro que se pedirán
cuentas a esta generación.
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«¡Ay de vosotros, los legistas, que os habéis llevado la
llave de la ciencia! No entrasteis vosotros, y a los que están entrando se lo
habéis impedido.»
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Y cuando salió de allí, comenzaron los escribas y fariseos
a acosarle implacablemente y hacerle hablar de muchas cosas,
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buscando, con insidias, cazar alguna palabra de su boca.
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EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:
Se pedirá cuentas a esta generación de tanto capullo que
señala, crucifica, aplasta y oprime al prójimo, haciendo un uso del poder
inhumano.
Jesús protesta contra cualquier utilización del nombre de
Dios, del culto a Dios, de la palabra de Dios, de la Iglesia de Dios, pero que
lo utilizamos en provecho nuestro. Y esto es el pan nuestro de cada día.
No
se puede ir a la Iglesia para huir de las exigencias éticas más comprometidas,
sino para tomar conciencia de las propias responsabilidades.
No se puede entender el Evangelio como un somnífero, cuando es pura dinamita que nos tiene que mover y zarandear de nuestro letargo existencial
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