EVANGELIO
35«Estén
ceñidos vuestros lomos y las lámparas encendidas,36y sed
como hombres que esperan a que su señor vuelva de la boda, para que, en cuanto
llegue y llame, al instante le abran.37Dichosos
los siervos, que el señor al venir encuentre despiertos: yo os aseguro que se
ceñirá, los hará ponerse a la mesa y, yendo de uno a otro, les servirá.38Que
venga en la segunda vigilia o en la tercera, si los encuentra así, ¡dichosos de
ellos!
EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA.
Vigilancia…. Hay que estar preparados, para abrirle y que
entre. El Evangelio sigue haciendo
distinción entre ricos y pobres, entre riqueza y pobreza,…El rico duerme
tranquilo y confiado, porque se sustenta en el poder de su riqueza, el pobre
permanece despierto, esperando la salvación, porque no tiene otra esperanza.
Nuestro mundo se ha
convertido en un lugar donde los ricos no duermen por miedo a que les roben y
los pobres no duermen porque la pobreza y el hambre no les deja hacerlo, un
mundo sin dormir.
Jesús de Nazareth quiere discípulos, no prosélitos; discípulos que respiren el aura de libertad que El
trajo a la tierra; quiere discípulos que, como El, digan que hay que
ocupar los últimos puestos y los ocupen; que digan que hay que servir a los
hombres y que los sirvan de verdad; que digan que Dios es amor y se lo crean y
lo vivan; que digan que hay que perdonar y perdonen; que digan que los pobres y
los que sufren y los que no saben son los preferidos de Dios y sean también sus
preferidos.
O sea vivir lo
que se dice, que entre el discurso y los hechos no haya incoherencia, todo lo
contrario a los patanes que nos gobiernan y las instituciones que se han casado
con el dinero utilizando el Evangelio. En
la fusca de la vida somos siervos de Nazareth, nada más, y por eso
permaneceremos despiertos. P´alante
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