EVANGELIO: |
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«Mas por esos días, después de aquella tribulación, el sol
se oscurecerá, la luna no dará su resplandor,
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las estrellas irán cayendo del cielo, y las fuerzas que
están en los cielos serán sacudidas.
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Y entonces verán al Hijo del hombre que viene entre nubes
con gran poder y gloria;
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entonces enviará a los ángeles y reunirá de los cuatro
vientos a sus elegidos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del
cielo.
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«De la higuera aprended esta parábola: cuando ya sus ramas
están tiernas y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca.
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Así también vosotros, cuando veáis que sucede esto, sabed
que El está cerca, a las puertas.
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Yo os aseguro que no pasará esta generación hasta que todo
esto suceda.
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El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no
pasarán.
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Mas de aquel día y hora, nadie sabe nada, ni los ángeles
en el cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre.
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EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:
Para los que somos “pueblerinos” leer los signos del cielo y
de la tierra son vitales para poder trabajar, pero lo importante es leer el
signo de la Verdad.
Hay muchos: hombres y mujeres sencillos
que saben de Dios más que todos los teólogos
y dogmáticos ilustrados, prepotentes doctores de la ley y estudiosos de la Palabra que no saben
descubrir el rostro de Cristo.
Esos sencillos que no hacen gala de una
fe grande y pura, pero a pesar de sus fallos se saben amados por aquel que
merece la pena. Son estos,
personas que viven el amor al prójimo sin aspavientos ni ostentación alguna.
Es hora de tomar en serio al Dios de la vida, asumiendo la
causa del hombre y la mujer de hoy. Juan
XXIII ya nos advirtió del peligro que hoy corremos de convertirnos en
"profetas de calamidades". Queda un camino:
-Amor a la verdad.
Jesús no fue neutral, tenemos que tomar partido por la justicia, salir a la
calle y defender al más débil, ser voz de los sin voz, y luchar por la libertad
de todos, pese a la mediocridad de los que des-gobiernan este triste país. Son los nuevos signos de los tiempos, p´alante.
La Palabra: es la vida, la vida está en el hombre y la mujer de tu tiempo, el evangelio a quemarropa no tendrá sentido si no seguís denunciando la injusticia y anunciando la esperanza, lo demás es vender humo. No os rindáis , digan lo que digan.
ResponderEliminarQuien quiere acertar, aguarda.
ResponderEliminarAntonio García Gutiérrez.
Cuando ya no me indigne habré empezado a envejecer.
ResponderEliminarAndré Gide