lunes, 20 de abril de 2009

Martes 21 abril. Jn3,5a.7b-15

EVANGELIO:
Jesús le dijo a Nicodemo: "Tenéis que nacer de nuevo. El viento so­pla donde quiere y, aunque oyes su sonido, no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así son todos los que nacen del Espíritu." Nicodemo vol­vió a preguntarle: "¿Cómo puede ser eso?" Jesús le contestó: "¿Tú, que eres el maestro de Israel, no sabes estas cosas? Te aseguro que nosotros hablamos de lo que sabemos y somos testigos de lo que hemos visto; pero no creéis lo que os decimos. Si no me creéis cuando os hablo de las cosas de este mundo, ¿cómo vais a creerme si os hablo de las cosas del cielo? Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre. Y así como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así tam­bién el Hijo del hombre ha de ser levantado, para que todo el que cree en él tenga vida eterna."
EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:
Nicodemo es miembro del sanedrín, consejo supremo de los judíos. hombre culto, como decíamos ayer. Ahora - a su edad- le dicen que tiene que emprender otra aventura, mirar hacia delante, soñar y buscar la verdad con mayúscula. Renacer del agua y del espíritu, es una clara referencia cristiana al bautismo. Buscar la fuerza que nos permite seguir caminando, hay que caminar siempre con el norte claro, con el viento a favor, y allí está la importancia de encontrar una buena carta de navegación: el Evangelio. Aquí está el reto de Nicodemo... y aquí está el reto del mundo. La luz de Jesús poco tiene que ver con la sabiduría teórica de doctores y teólogos, estamos hablando de la luz del amor.

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