lunes, 25 de enero de 2010

Martes, 26 de enero. Lucas 10, 1-9

EVANGELIO:

En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía: "La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies. ¡Poneos en camino! Miras que os mando como corderos en medio de lobos. No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias; y no os detengáis a saludar a nadie por el camino. Cuando entréis en una casa, decid primero: "Paz a esta casa." Y, si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no volverá a vosotros. Quedaos en la misma casa, comed y bebed de lo que tengan, por que el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa. Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed los que os pongan, curad a los enfermos que haya, y decid: "Está cerca de vosotros el reino de Dios.""

EL EVANGELIO NO ES UN SOMNÍFERO, ES PURA DINAMITA:

Jesús envía a sus discípulos y les da unas pautas de conducta concretas: "Os quiero libres", ligeros de equipaje.LLega lejos en su exigencia: ni siquiera llevar "ropa de repuesto". Identificados con los últimos de la tierra, los discípulos de Jesús caminan por la vida intentando que NADA los ate, sin lastre que les haga detenerse en el camino o aminorar la marcha: ni concesiones a la opinión de los poderosos, ni actitudes que alimenten nuestro egoísmo.Sin nada, pero no solos: "De dos en dos". Esta es nuestra riqueza: la fraternidad vivida y compartida en el día a día. "Echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban" y este caminar unidos, nos restaura, cura y nos hace ser libres.

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