43Pasados los dos días, partió de allí para Galilea.44Pues
Jesús mismo había afirmado que un profeta no goza de estima en su patria.45Cuando
llegó, pues, a Galilea, los galileos le hicieron un buen recibimiento, porque
habían visto todo lo que había hecho en Jerusalén durante la fiesta, pues
también ellos habían ido a la fiesta.46Volvió, pues, a Caná de Galilea, donde
había convertido el agua en vino. Había un funcionario real, cuyo hijo estaba
enfermo en Cafarnaúm.47Cuando se enteró de que Jesús había venido de Judea a
Galilea, fue donde él y le rogaba que bajase a curar a su hijo, porque se iba a
morir.48Entonces Jesús le dijo: «Si no veis señales y prodigios, no creéis.»49Le
dice el funcionario: «Señor, baja antes que se muera mi hijo.»50Jesús le dice:
«Vete, que tu hijo vive.» Creyó el hombre en la palabra que Jesús le había
dicho y se puso en camino.51Cuando bajaba, le salieron al encuentro sus
siervos, y le dijeron que su hijo vivía.52El les preguntó entonces la hora en
que se había sentido mejor. Ellos le dijeron: «Ayer a la hora séptima le dejó
la fiebre.»53El padre comprobó que era la misma hora en que le había dicho
Jesús: «Tu hijo vive», y creyó él y toda su familia.54Esta nueva señal, la
segunda, la realizó Jesús cuando volvió de Judea a Galilea.
EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA.
La hora de Dios, no se trata de ver señales o prodigios,
sino de ver con el corazón.
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Ver con el corazón es :
o Interesarse por el otro
o Darse cuenta que la
felicidad no la regalan y que se construye con esfuerzo y que habrá que
tropezar miles de veces.
o “perder el tiempo en
escuchar”
o vivir abiertos al prójimo y
pensar que es preferible que nos engañen 4 o 5 veces en la vida, a pasarnos
toda una vida desconfiando de los demás.
o Aspirar siempre a más, pero….
Dar cada día un paso.
o Creer descaradamente en el
bien y aunque haya fracasos, antes o después se impondrá ese bien en el que
creemos.
o Ver con el corazón es ser
coherentes, pero nunca poseedores de la verdad.
o Es buscar sumar en lugar de
dividir.
o Es ser conscientes de que
entre el ideal y la realidad hay un largo trecho, pero hay que caminar con
paciencia y sembrando... hacia la utopía… como hizo el centurión.
P´alante
aprende a ver con el corazon, pues lo escencial es invisible para los ojos
ResponderEliminarEl evangelio de ayer nos dejaba al ciego de Siloé que Jesús le devolvió la vista.
ResponderEliminarNo acostumbramos a mirar y observar a la gente, salvo que sea para echar una miradita a ver qué llevan puesto. Eso es mirar con los ojos, porque cuando tus ojos se posan sobre el niño que mendiga o el anciano que no puede cruzar la calle solo, y le ayudas, estás mirando con el corazón.
Miremos con los ojos del corazón, aprendamos a apreciar lo que tenemos,miremos a quien ayudar, a quien devolver una sonrisa y confiemos que siempre podemos volver a empezar y hacer las cosas mejor.