EVANGELIO
Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: «Escuchen otra parábola: Un hombre poseía una tierra y allí plantó una viña, la cercó, cavó un lagar y construyó una torre de vigilancia. Después la arrendó a unos viñadores y se fue al extranjero.
Cuando llegó el tiempo de la vendimia, envió a sus servidores para percibir los frutos.
Pero los viñadores se apoderaron de ellos, y a uno lo golpearon, a otro lo mataron y al tercero lo apedrearon.
El propietario volvió a enviar a otros servidores, en mayor número que los primeros, pero los trataron de la misma manera.
Finalmente, les envió a su propio hijo, pensando: 'Respetarán a mi hijo'.
Pero, al verlo, los viñadores se dijeron: "Este es el heredero: vamos a matarlo para quedarnos con su herencia".
Y apoderándose de él, lo arrojaron fuera de la viña y lo mataron.
Cuando vuelva el dueño, ¿qué les parece que hará con aquellos viñadores?».
Le respondieron: "Acabará con esos miserables y arrendará la viña a otros, que le entregarán el fruto a su debido tiempo".
Jesús agregó: "¿No han leído nunca en las Escrituras: La piedra que los constructores rechazaron ha llegado a ser la piedra angular: esta es la obra del Señor, admirable a nuestros ojos?
Por eso les digo que el Reino de Dios les será quitado a ustedes, para ser entregado a un pueblo que le hará producir sus frutos".
Los sumos sacerdotes y los fariseos, al oír estas parábolas, comprendieron que se refería a ellos.
Entonces buscaron el modo de detenerlo, pero temían a la multitud, que lo consideraba un profeta.
EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:
Cada día
nos encontramos con Dios:
DIOS ES MÁS JOVEN DE LO QUE ESPERABA
Había una vez un niño pequeño que quería conocer a
Dios. Él sabia que seria un largo viaje para llegar a donde vivía Dios.
Entonces preparó su pequeña maleta con panecillos y un paquete de seis zumos y
emprendió su partida. Cuando el niño pequeño ya había recorrido tres manzanas,
conoció a una viejecita. Ella estaba sentada en el parque observando a las
palomas.
El niño se sentó junto a ella y abrió su maletita.
Él estaba a punto de tomarse su zumo cuando noto que la viejecita se veía
hambrienta, entonces el niño pequeño le ofreció un panecillo. Ella agradecida
lo aceptó y se sonrío. Su sonrisa era tan hermosa que el niño quería ver esa
sonrisa nuevamente, entonces le ofreció un zumo. De nuevo la viejecita le había
sonreído. ¡El niño estaba encantado!. Los dos se quedaron sentados toda la
tarde comiendo y sonriendo, pero ellos en ningún momento dijeron ni una sola
palabra.
Tan pronto como empezó a obscurecer, el niño pequeño
estaba cansado y se levantó para irse. El se dio la vuelta, corrió hacia la
viejecita y le dio un abrazo. Ella le dio una hermosa sonrisa como nunca antes
había sonreído.
Cuando el niño abrió la puerta de su casa, su madre
estaba sorprendida de la felicidad que resplandecía.
Ella le pregunta:
Ella le pregunta:
- ¿Que hiciste el día de hoy que te ha hecho tan
feliz? Él le contesta,
- He comido con Dios. ¿Y sabes que? ¡Ella tiene la
sonrisa más bella que he visto!
Mientras tanto la viejecita, también con mucha
felicidad radiante, regreso a su casa. Su hijo estaba asombrado por la paz que
mostraba en su cara y pregunto,
- Madre, ¿qué hiciste el día de hoy que te ha hecho
muy feliz? Ella contestó,
-
Yo comí panecillos en el parque con Dios. ¿Y sabes que?
Él es más joven de lo que esperaba.
-
En fin,
que han pasado por nuestra vida montones de personas y cosas , que no hemos
sabido aprovechar , ni agradecer lo que han hecho por nosotros. Ha pasado , por
nuestra vida, muchas veces Dios y no lo hemos conocido, ni le hemos agradecido
que cuide de nosotros con la paciencia que lo hace. Se dice que el
agradecimiento es la memoria del corazón. Pidamos a Dios que nos dé un corazón
grande para saber agradecer siempre los dones que nos da.
-
Pero
Dios no se cansa. Dios sigue enviando profetas: voces inconformistas que
reclaman un cambio de dirección en la humanidad, en la Iglesia y en nosotros.
Voces que tratamos de esquivar de mil modos: difamando, acusando, excluyendo,
ignorando, despreciando..., incluso asesinando. Mientras, defendemos un
cristianismo tranquilo, cómodo, egoísta, individualista, clasista... La
parábola sigue siendo actual, escandalosa, directa, acusadora. No tratemos de
"aguarla"….. porque no se puede manipular el Evangelio. P´alante
“....El 24 de marzo de 1980 Monseñor Romero recibe un disparo letal celebrando la eucaristía, en el momento justo cuando levantaba el cáliz para la conversión del vino y el pan en el cuerpo y la sangre de Cristo. El servicio, la cercanía y la defensa de su pueblo, en especial de aquellos más necesitados lo llevó a dar su vida por ellos.
ResponderEliminarLa profecía en la palabra de Monseñor parece haberse cumplido:
"...Si denuncio y condeno la injusticia es porque es mi obligación como pastor de un pueblo oprimido y humillado..."
"...El Evangelio me impulsa a hacerlo y en su nombre estoy dispuesto a ir a los tribunales, a la cárcel y a la muerte..."
“Como Pastor, estoy obligado, por mandato divino, a dar la vida por aquellos que amo, que son todos los salvadoreños incluso a aquellos que vayan a asesinarme… Si me matan, resucitaré en el pueblo salvadoreño.”
SAN ROMERO DE AMÉRICA. SANTO DEL PUEBLO
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