martes, 4 de marzo de 2014

Mateo 6: 1 - 6, 16 - 18. MIÉRCOLES DE CENIZA

EVANGELIO.

1
«Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial.
2
Por tanto, cuando hagas limosna, no lo vayas trompeteando por delante como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga.
3
Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha;
4
así tu limosna quedará en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
5
«Y cuando oréis, no seáis como los hipócritas, que gustan de orar en las sinagogas y en las esquinas de las plazas bien plantados para ser vistos de los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga.
6
Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu aposento y, después de cerrar la puerta, ora a tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
16
«Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas, que desfiguran su rostro para que los hombres vean que ayunan; en verdad os digo que ya reciben su paga.
17
Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro,
18
para que tu ayuno sea visto, no por los hombres, sino por tu Padre que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.


EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA.

En los siglos VIII y IX la imposición de la ceniza se unía, en el contexto litúrgico, a la penitencia pública. Aquel día se expulsaba a los "penitentes" de la iglesia. Y este gesto repetía, de alguna manera, aquél otro de Dios arrojando a Adán y Eva, pecadores, del paraíso. Sólo más tarde la imposición de la ceniza tomó un simbolismo distinto: el de la fragilidad y brevedad de la vida. El recuerdo de la muerte. La referencia a la tumba.
Es un tiempo propicio para  que actuemos y nos comprometamos a barrer la tibieza-tristeza en mi vida y hacerme activo en el servicio a los demás, a vivir con equilibrio interior-exterior, de conciencia responsable, acercándome con buena voluntad a mis hermanos, a tratar a propios y extraños con delicadeza, respeto, benevolencia, amor y perdón,
a conocer y valorar la cruda realidad de muchas personas, y de la sociedad, y no aislarme en mi castillo interior colmado de ambiciones egoístas..,
a profundizar en el conocimiento de Cristo, de su mensaje, de su cruz, de su salvación, y a no perder el tiempo en bagatelas, superficialidades,
a fusionar religión y vida, saber y creer, celebrar la fe y comprometerme con los demás, como única realidad integral que oriente mi existencia.
Estoy persuadido de que, si lo cumplo, seré feliz; si no lo hago, continuaré inmerso en la mediocridad que nada redime, nada salva, nada engrandece, todo lo entristece. P´ALANTE


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