EVANGELIO
Comienzo de la Buena Noticia de Jesús, Mesías, Hijo de Dios.
Como está escrito en el libro del profeta Isaías: Mira, yo envío a mi mensajero
delante de ti para prepararte el camino.
Una voz grita en el desierto: Preparen el camino del Señor, allanen sus
senderos,
así se presentó Juan el Bautista en el desierto, proclamando un bautismo de
conversión para el perdón de los pecados.
Toda la gente de Judea y todos los habitantes de Jerusalén acudían a él, y se
hacían bautizar en las aguas del Jordán, confesando sus pecados.
Juan estaba vestido con una piel de camello y un cinturón de cuero, y se
alimentaba con langostas y miel silvestre. Y predicaba, diciendo:
"Detrás de mí vendrá el que es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy
digno de ponerme a sus pies para desatar la correa de sus sandalias.
Yo los he bautizado a ustedes con agua, pero él los bautizará con el Espíritu
Santo".
EL EVANGELIO NO ES UN SOMNÍFERO ES PURA DINAMITA
Juan el Bautista fue un profeta de los pies a la cabeza,
cumplió como nadie la doble función profética de anunciar la Palabra, la Buena
Noticia, y por otro lado, denunciar las injusticias y a los que las cometían.
Como buen profeta, coherente con su condición, sufrió la lógica intolerancia
que esto supone y lleva consigo. El Bautista, no era hombre de consenso en la
opinión de los otros, más bien de disensión, porque como buen profeta no se
casaba con nadie, no le bailaba el agua a ningún poderoso y denunció con
valentía los errores de los fariseos, de los militares y de los publicanos de
la época.
Si miramos hoy a Juan el Bautista, podemos preguntarnos…¿no
son hombres y mujeres de este estilo y esta categoría los que necesitamos en
nuestro mundo?...personas valientes y que con el evangelio en el corazón nos
recuerden que no podemos creer en quien encarnó la justicia por excelencia, y
ser transigentes con las injusticias que vemos y oímos…hombres y mujeres que
con la Buena Noticia por bandera testimonien con su palabra y su obra que
Jesús, sigue teniendo mucho que decir aquí y ahora…y cuando busquemos a estos
hombres y mujeres, no nos vayamos muy lejos, no los vamos a encontrar en
Internet donde se encuentra casi todo…vayamos a nuestros corazones, a los de
los que tenemos cerca, porque allí es donde los vamos a encontrar…estamos
llamados a encarnar la profecía sin miedo, sin seguridad…pero con emoción y
pasión…. El
reto es apasionante, pongámonos en camino, seamos caminantes que tratan de
acompañar y curar heridas, sin olvidar nunca que el caminante al estilo de
Jesús:
No vende, ofrece
No cobra, comparte
No predica, explica
No asusta, consuela
No juega, se la juegan
No se marcha, sigue caminando
No explota,
No olvida, ama.
No castiga, libera
En este Adviento TENEMOS MUCHO QUE ESPERAR Y MUCHO QUE AMAR.
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