miércoles, 3 de diciembre de 2014

Sábado 6 de diciembre. Mt 9, 35-38.10,1.6-8

 EVANGELIO

Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en las sinagogas, proclamando la Buena Noticia del Reino y curando todas las enfermedades y dolencias. 
Al ver a la multitud, tuvo compasión, porque estaban fatigados y abatidos, como ovejas que no tienen pastor. 
Entonces dijo a sus discípulos: "La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. 
Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha." 
Jesús convocó a sus doce discípulos y les dio el poder de expulsar a los espíritus impuros y de curar cualquier enfermedad o dolencia. 
Vayan, en cambio, a las ovejas perdidas del pueblo de Israel. 
Por el camino, proclamen que el Reino de los Cielos está cerca. 
Curen a los enfermos, resuciten a los muertos, purifiquen a los leprosos, expulsen a los demonios. Ustedes han recibido gratuitamente, den también gratuitamente. 

EL EVANGELIO NO ES UN SOMNÍFERO, ES PURA DINAMITA:

Es compasivo...con esto está dicho todo, vive con compasión, se compadece de los que están fatigados y abatidos...compadecerse de alguien no es tener con él una actitud paternalista, ni significa cambiarle, es mucho más que eso.....es convivir con él, ponerse en su lugar y tratar de entender su situación y su historia. Tener compasión es aceptar al que no va a nuestro ritmo, al que se queda atrás, es comprender que hay historias que marcan y que nos dejan rotos, y es donde la compasión se hace necesaria.
Llega pronto la Navidad, y con ellas toda la parafernalia que todos conocemos y de la que somos partícipes y cómplices…dentro de todo esto, vamos a intentar mirar y tratar con compasión a los que se crucen con nosotros en el camino de la vida. Que dentro de todo el consumismo, la luces, los belenes, la lotería…seamos capaces de consumir solidaridad compasiva con el hermano que está jodido…será Navidad, pero si no nace para todos, no nace.



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