miércoles, 8 de junio de 2011

JUEVES, 9 DE JUNIO DE 2011. Juan 17,20-26.

Evangelio

No ruego solamente por ellos, sino también por los que, gracias a su palabra, creerán en mí. Que todos sean uno: como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste. Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno -yo en ellos y tú en mí- para que sean perfectamente uno y el mundo conozca que tú me has enviado, y que yo los amé cómo tú me amaste. Padre, quiero que los que tú me diste estén conmigo donde yo esté, para que contemplen la gloria que me has dado, porque ya me amabas antes de la creación del mundo. Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te conocí, y ellos reconocieron que tú me enviaste. Les di a conocer tu Nombre, y se lo seguiré dando a conocer, para que el amor con que tú me amaste esté en ellos, y yo también esté en ellos".

EL EVANGELIO NO ES UN SOMNÍFERO, ES PURA DINAMITA:

“Si estamos unidos, Jesús está entre nosotros y esto vale. Esto vale más que cualquier riqueza…” Así comenzaba una antigua canción y hoy, tras la lectura del evangelio, la hemos recordado. Sí. Si estamos unidos, y esto es lo que nos pide Jesús, Él está entre nosotros. Su presencia hace que experimentemos paz y una alegría que “nadie nos puede arrebatar”. Si estamos unidos, seguimos teniendo dificultades, las cosas pueden ir bien o regular, el día a día a veces se hace “cuesta arriba”, pero, Jesús está entre nosotros y nuestro amigo o amigos están a nuestro lado. Y como decía Agustín, vendrán tormentas, pero “los amigos no padecen naufragios porque el amor les sirve de nave”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario