jueves, 17 de enero de 2013

Viernes 18 de enero. Mc 2,1-12

EVANGELIO

Cuando a los pocos días volvió Jesús a Cafarnaún, se supo que estaba en casa. Acudieron tantos que no quedaba sitio ni a la puerta. Él les proponía la palabra. Llegaron cuatro llevando un paralítico y, como no podían meterlo, por el gentío, levantaron unas tejas encima de donde estaba Jesús, abrieron un boquete y descolgaron la camilla con el paralítico. Viendo Jesús la fe que tenían, le dijo al paralítico: -«Hijo, tus pecados quedan perdonados.» Unos escribas, que estaban allí sentados, pensaban para sus adentros: -«Por qué habla éste así? Blasfema. ¿Quién puede perdonar pecados, fuera de Dios?» Jesús se dio cuenta de lo que pensaban y les dijo: -«¿Por qué pensáis eso? ¿Qué es más fácil: decirle al paralítico "tus pecados quedan perdonados" o decirle "levántate, coge la camilla y echa a andar"? Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados ... » Entonces le dijo al paralítico: -«Contigo hablo: Levántate, coge tu camilla -y vete a tu casa. » Se levantó inmediatamente, cogió la camilla y salió a la vista de todos. Se quedaron atónitos y daban gloria a Dios, diciendo: -«Nunca hemos visto una cosa igual.»
 
EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:

Cuanto daño se ha hecho y cuanto sufrimiento se ha generado con el tema de los pecados en nuestra Iglesia. Acertadamente escribió José Mª Castillo el libro titulado: “Victimas del pecado”, porque sí han sido muchas las personas víctimas de este tema a las que la conciencia manipulada en nombre de Dios no les ha dejado vivir tranquilas y en paz, sino constreñidas y siempre pensando que Dios no les quería por culpa de sus actos más o menos acertados. Hoy, el evangelio de Marcos, nos vuelve a recordar que Dios se manifiesta en Jesús para mostrarnos su infinita misericordia, que no hay nada ni nadie, NADA ni NADIE, que pueda separarnos de su cariño, ternura y comprensión. Desterremos de nuestras vidas las caras tristes y apagadas, y afirmemos con rotundidad que tenemos y creemos en un Dios que nos ama y perdona sin condiciones, SIN CONDICIONES, con un amor gratuito y desinteresado que no sabe de contratos, de cumplimientos ni de penitencias trasnochadas. Jesús nos ha enseñado en su Evangelio que Dios nos quiere por lo que somos (Hijos e hijas suyos) y no por lo que hacemos, que coge nuestra camilla (nuestras sombras, perezas, despistes, errores…) y nos anima a levantarnos y a seguir viviendo y escribiendo nuestra historia. ¿Que más queremos los cristianos que sabernos queridos y perdonados SIEMPRE por un Dios que es y se porta como nuestro Padre y nuestra Madre? Termina el Evangelio de hoy con la exclamación ¡Nunca hemos visto una cosa igual!...A veces esta misma exclamación es la que le sale a los cristianos cuando escuchan a algunas de sus voces más “autorizadas” hablar sobre los pecados, la condena divina, el infierno y demás “sana y docta” doctrina que uno escucha en los púlpitos de nuestras parroquias…¡Que obsesión, Dios mío!.

1 comentario:

  1. Durante esta semana leyendo el evangelio se me ha venido a la cabeza un chiste que imagino muchos ya conoceis pero por si acaso:
    En aqellos dias que Jesus andaba curando a diestro y siniestro habia un españolito que siempre andaba por alli y nunca le pedia nada, un dia Jesus se pregunto porque nunca se acercará este a pedirme algo, asi que ando hacia el, el español que lo ve y dice "a mi ni me mires que estoy de baja......."
    Buen fin de semana a todos
    Ventura

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