EVANGELIO:
«Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador. Todo
sarmiento que en mí no da fruto, lo corta, y todo el que da fruto, lo limpia,
para que dé más fruto.
Vosotros estáis ya limpios gracias a la Palabra que os he
anunciado.
Permaneced en mí, como yo en vosotros. Lo mismo que el
sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid; así
tampoco vosotros si no permanecéis en mí.
Yo soy la vid; vosotros los sarmientos. El que permanece en
mí y yo en él, ése da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada.
Si alguno no permanece en mí, es arrojado fuera, como el sarmiento, y se seca;
luego los recogen, los echan al fuego y arden. Si permanecéis en mí, y mis
palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y lo conseguiréis.
La gloria de mi Padre está en que deis mucho fruto, y seáis
mis discípulos.
EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:
Llama la atención como en este texto Jesús repite constantemente la palabra permanecer, hasta siete veces…
interesante.
Sabe que los desánimos, fracasos, falsas ilusiones, los
cantos de sirena, la hipocresía y la envidia, pueden alejarnos del verdadero
sentido, que es Jesús, que aparece en el trasfondo y esencia de todo. Sin Jesús
no podemos hacer nada, no podemos dar fruto, así insiste en permanecer en Él.
El sarmiento tiene que estar unido a la vid, si no quiere
secarse. Un sarmiento seco no sirve para nada. Analicemos como cristianos que
nos separa de Jesús. Los frutos están claros ( los frutos del espíritu):
justicia, respeto, paz, libertad, perdón, servicio , tolerancia , paz, bondad….
Fruto no de palabras sino de obras, hechos, acciones concretas que llaman al
compromiso y a la responsabilidad. Debemos ser frutos y frutos vivos…el otro día
un compañero me decía que era curioso como en todas las salas de comunidad de
frailes, monjas, etc…siempre hay un lugar destacado para varios tarros o
cuencos con frutos secos…con ironía y un poco de mala leche, le dije, que quizás
era la mejor comparación de la vida religiosa: frutos….pero secos, jejeje….ojalá
no nos pasé esto.
Por último, la fe no
es una impresión o emoción del corazón, la fe no son sentimientos, ritos,
oraciones o dogmas, la fe no es opinión personal, tampoco costumbres, recetas
morales, no son tranquilizantes, la fe son obras, la fe es un estilo de vida,
una filosofía de vida. No hay fe sin riesgo, no hay fe sin obras. La fe es
permanecer en Jesús y permanecer significa confiar en Él.
Cristo conmigo,
ResponderEliminarCristo dentro de mí,
Cristo detrás de mí,
Cristo delante de mí,
Cristo a mi derecha,
Cristo en mi casa,
Cristo en mi camino,
Cristo en mi puesto de trabajo,
Cristo en todos los ojos que me ven,
Cristo en todos los oídos que me escuchan,
Cristo en la boca de todo aquel que me habla,
Cristo en el corazón de todo aquel que piensa en mí,
Cristo conmigo y yo con Cristo.
Siempre y en todas partes.
http://www.economiadigital.es/es/mobile-viewer.php?IDN=2014_05_54597
ResponderEliminarA ver quien salta la valla ahora??? PARA ELOTRO LADO!!!
SIN PAPELES ESPAÑOLES.... CINISMO, IRONÍA DE LA VIDA, HIPOCRESÍA.... ( SI PUSIERAN CONCERTINAS QUÉ DIRÍAMOS....)
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