viernes, 4 de diciembre de 2009

PRIMERA SEMANA DE ADVIENTO
Sábado, 5 de diciembre de 2009. Mateo 9, 35-10, 1. 6-8

EVANGELIO

En aquel tiempo, Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, anunciando el Evangelio del reino y curando todas las enfermedades y todas las dolencias. Al ver a las gentes, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y abandonadas, como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos: - «La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies.» Y llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad para expulsar espíritus inmundos y curar toda enfermedad y dolencia. A estos doce los envió con estas instrucciones: - «Id a las ovejas descarriadas de Israel. Id y proclamad que el reino de los cielos está cerca. Curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, echad demonios. Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis.»

EL EVANGELIO NO ES UN SOMNÍFERO, SI NO PURA DINAMITA

"El Reino de Dios ya está entre nosotros. Sus signos son claros ", decíamos el otro día. Hoy a la luz del evangelio del sábado volvemos a recordarlo. El tiempo de Dios es este, ahora. Porque es el tiempo de la compasión, del "padecer con", del ponerte en el lugar del otro y de compartir con él sus alegrías y sufrimientos. Podemos vivir así porque hemos recibido "gratis"el don de poder hacerlo. Y hoy, como ayer, Jesús nos vuelve a enviar a " proclamar que el reino de los cielos está cerca". Él está cerca y nos salva.

DOMINGO DE LA SEGUNDA SEMANA DE ADVIENTO. Lucas 3, 1-6

EVANGELIO

En el año quince del reinado del emperador Tiberio, siendo Poncio Pilato gobernador de Judea, y Herodes virrey de Galilea, y su hermano Felipe virrey de Iturea y Traconítide, y Lisanio virrey de Abilene, bajo el sumo sacerdocio de Anás y Caifás, vino la palabra de Dios sobre Juan, hijo de Zacarías, en el desierto. Y recorrió toda la comarca del Jordán, predicando un bautismo de conversión para perdón de los pecados, como está escrito en el libro de los oráculos del profeta Isaías: «Una voz grita en el desierto: Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos; elévense los valles, desciendan los montes y colinas; que lo torcido se enderece, lo escabroso se iguale. Y todos verán la salvación de Dios.»

EL EVANGELIO NO ES UN SOMNÍFERO, SI NO PURA DINAMITA

" Todos verán la salvación de Dios" ¿Somos reflejo, imagen de esa salvación? la Palabra de Dios de este domingo es consoladora: nos habla de la alegría de la salvación. El profeta Baruc exhorta a Jerusalén a despojarse de los vestidos de luto y de aflicción porque llega el Señor de la paz y la justicia. Pablo, recuerda a los tesalonicenses que Jesús llevará adelante su obra en cada uno de ellos porque son fieles al amor mutuo y concreto. El salmo 125 nos cuenta que el Señor cambió la suerte de Sión, ha estado grande con su pueblo y por ello, están alegres.
Sinceramente, pienso en tantas ocasiones en las que con nuestras palabras de falsos profetas y con nuestras vidas grises, pesimistas, ocultamos o deformamos este mensaje alegre de salvación... pienso en tantas ocasiones en las que en nombre de la ortodoxia se predican palabras de condena, pienso en tantas actitudes intolerantes e inflexibles que lo único que hacen es alejar a la gente de Dios, pienso... ¡pero, no! no hay lugar para la desesperanza cuando el mensaje de Jesús es tan claro: " Todos verán la salvación de Dios". Que sí, que nos lo creamos, que preparemos el camino al Señor porque él está cerca. está aquí, y nos ama.
¡feliz domingo!

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