En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: - «¿A quién se parece esta generación? Se parece a los niños sentados en la plaza, que gritan a otros: "Hemos tocado la flauta, y no habéis bailado; hemos cantado lamentaciones, y no habéis llorado.7 Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: "Tiene un demonio. " Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: "Ahí tenéis a un comilón y borracho, amigo de publicanos y pecadores." Pero los hechos dan razón a la sabiduría de Dios.»
EL EVANGELIO NO ES UN SOMNÍFERO, ES PURA DINAMITA
Y asi es la cosa, y no hay que darle más vueltas. Que cuando uno enarbola la bandera de la pasión y la radicalidad le van a llamar de todo, va a molestar, va a incomodar, no va a gustar, va a interpelar a los otros y por eso lo mejor será quitárselo del medio y que no siga estropeando nuestra vida. Y sí, es así, Jesús fue un comilón, se pegó grandes y variados atracones de generosidad, de comprensión, de misericordia, supo ponerse en el lugar del otro y eso le hizo empacharse de amor hacia el más necesitado. Y sí, así es, Jesús era un borracho, bebió la misma suerte que los miserables de su época, de los marinados y despreciados, se lo bebió todo, se lo cargó a sus espaldas porque no estendía de otra cosa que servir y hacerlo sin quejarse de nada. Benditas borracheras y comilonas las del profeta de Nazaret, olé y olé....suerte y al toro...
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