sábado, 15 de enero de 2011

Lunes, 17 de enero de 2011. Marcos 2,18-22.

Evangelio

Un día en que los discípulos de Juan y los fariseos ayunaban, fueron a decirle a Jesús: "¿Por qué tus discípulos no ayunan, como lo hacen los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos?". Jesús les respondió: "¿Acaso los amigos del esposo pueden ayunar cuando el esposo está con ellos? Es natural que no ayunen, mientras tienen consigo al esposo. Llegará el momento en que el esposo les será quitado, y entonces ayunarán. Nadie usa un pedazo de género nuevo para remendar un vestido viejo, porque el pedazo añadido tira del vestido viejo y la rotura se hace más grande. Tampoco se pone vino nuevo en odres viejos, porque hará reventar los odres, y ya no servirán más ni el vino ni los odres. ¡A vino nuevo, odres nuevos!".

EL EVANGELIO NO ES UN SOMNÍFERO, ES PURA DINAMITA:

Pues no, no podemos ayunar, porque Jesús está entre nosotros y esta presencia es como una boda que dura eternamente. Ni podemos ayunar, como entendían que ayunáramos los fariseos y los que se les parecen aún hoy y ahora, ni podemos entender las penitencias, ni las prácticas externas como medios de acercarnos más a Dios. ¡Que no! Que es al revés: que Él ya está en nuestro corazón, o quiere estarlo, y hace posible que le amemos y le reconozcamos en nuestros hermanos. Que nosotros poco tenemos que hacer para ganárnoslo. Que, en todo caso, si ayunamos, es porque le amamos y amamos a los que tenemos cerca o lejos, no para amarle más. ¡ay, el ayuno! Ayunemos de la pereza, de nuestra falta de entrega y de una existencia cómoda que sólo mira para sí. “El ayuno que yo quiero es éste: Abrir las prisiones injustas, hacer saltar los cerrojos de los cepos, dejar libres a los oprimidos, romper todos los cepos; partir tu pan con el hambriento, hospedar a los pobres sin techo, vestir al que ves desnudo, y no cerrarte a tu propia carne. Entonces romperá tu luz como la aurora, en seguida te brotará la carne sana; te abrirá camino la justicia, detrás irá la gloria del Señor. Entonces clamarás al Señor, y te responderá; gritarás, y te dirá: "Aquí estoy."»
¡Buena semana!

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