domingo, 23 de enero de 2011

24 de enero de 2011. Marcos 3,22-30.

Evangelio

Los escribas que habían venido de Jerusalén decían: "Está poseído por Belzebul y expulsa a los demonios por el poder del Príncipe de los Demonios". Jesús los llamó y por medio de comparaciones les explicó: "¿Cómo Satanás va a expulsar a Satanás? Un reino donde hay luchas internas no puede subsistir. Y una familia dividida tampoco puede subsistir. Por lo tanto, si Satanás se dividió, levantándose contra sí mismo, ya no puede subsistir, sino que ha llegado a su fin. Pero nadie puede entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes, si primero no lo ata. Sólo así podrá saquear la casa. Les aseguro que todo será perdonado a los hombres: todos los pecados y cualquier blasfemia que profieran. Pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tendrá perdón jamás: es culpable de pecado para siempre". Jesús dijo esto porque ellos decían: "Está poseído por un espíritu impuro".

EL EVANGELIO NO ES UN SOMNÍFERO, ES PURA DINAMITA:

Sí, un reino dividido no puede subsistir. Por ello, Jesús nos dejó un testamento y en él nos pidió una sola cosa: que nos mantuviéramos unidos, que fuéramos uno. Y como consecuencia de esa unidad-fraternidad entre nosotros, el amor recíproco que nace de sentirnos unidos, amigos.
A veces, nos empeñamos en mostrarnos creíbles ante los demás, más o menos coherentes. Sin embargo, por desgracia, damos más bien, un testimonio de desunidad e individualismo, que lejos de mostrar el verdadero rostro de Jesús, aleja de él.
Acabemos de una vez, con posturas que nos enfrentan a los demás. Desterremos nuestras críticas, el sentirnos mejores y exclusivos. Alejemos de nosotros todo lo que no sea crear lazos, puentes, acercar posturas...
Quizás, la lectura del evangelio y la vivencia del mismo, sea una buena oportunidad para apoyarnos en nuestros hermanos, de cargar con sus cargas, y dejar que ellos nos ayuden en nuestro vivir diario. Seremos más creíbles, más veraces, y sobre todo, más felices.
¡Buena semana para todos!
Tengamos la certeza de que Jesús resucitado vive entre nosotros, en medio de nosotros y su presencia nos llena de vida y de alegría.

No hay comentarios:

Publicar un comentario