martes, 18 de enero de 2011

Miércoles 19 de enero. Mc 3,1-6

EVANGELIO
Jesús entró nuevamente en una sinagoga, y había allí un hombre que tenía una mano paralizada. Los fariseos observaban atentamente a Jesús para ver si lo curaba en sábado, con el fin de acusarlo. Jesús dijo al hombre de la mano paralizada: "Ven y colócate aquí delante". Y les dijo: "¿Está permitido en sábado hacer el bien o el mal, salvar una vida o perderla?". Pero ellos callaron. Entonces, dirigiendo sobre ellos una mirada llena de indignación y apenado por la dureza de sus corazones, dijo al hombre: "Extiende tu mano". El la extendió y su mano quedó curada. Los fariseos salieron y se confabularon con los herodianos para buscar la forma de acabar con él.
EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:
Por si acaso ayer no nos quedaba lo suficientemente claro, hoy se nos vuelve a repetir con la diferencia de que entran en juego más detalles protagonizados por Jesús que no hacen sino reafirmarme en mis ideas. Menos teología dogmática y más canela en rama, menos bailes de salón y más abrazos al son de la melodía…que la cosa está más que clara, que sigue habiendo fariseos que intentan pillar al otro con las manos en las masa, cuando las suyas están llenas de mugre, que siguen pululando por nuestro mundo aquellos que como los del evangelio ante la claridad y evidencia, ante la coherencia y el saber estar, lo único que tienen es la callada por respuesta, eso sí, al salir se confabularon…me recuerdan a aquellos que a la cara y de frente no dicen ni esta boca es mía pero luego entre pasillos, en los cafés, o detrás de una puerta murmuran, cotillean y te la clavan y además doblada. Ya se sabe la ocupación que más adeptos tiene: la murmuración desmesurada y continua.
Me quedo con la mirada del maestro, indignado, enrabietado, molesto, enfadado, triste, porque sus corazones son como piedras y no quieren cambiar. Ojo aquellos que se creen que están en contacto tanto con Dios y con lo sagrado no les pase como a las piedras del río que están muy mojadas y húmedas por fuera pero al partirlas y abrirlas secas como la mojama.Y para algún desorientado afecto al régimen mis últimas palabras de cariño: no me gustan las cúpulas, ni las de las iglesias y basílicas, ni las jerárquicas eclesiásticas. Del Vaticano me siento lejísimos. Mas que católico romano me siento cristiano universal. La institución tal y como la he vivido no la he sentido jamás como algo mío, sino como un tramite que va a su aire, mientras el Espíritu sopla en otras direcciones mas dóciles y flexibles a su aliento. Ahora bien no me creo infalible (como otros) y puedo estar equivocado, lo que si me siento es como un lago chiquito de Tiberiades, donde Jesús se duerme en la barca de los afanes para regalarme la confianza serena y el alegre cansancio. Amén.

1 comentario:

  1. Pues continuando, te diré que somos muchos los que pensamos como tú.Yo me siento antes cristiana que católica. Cuando era más joven pertenecía a las comunidades de Kiko Arguello y para mí era lo más, a pesar de las normas, que alguna no entendía (tenía 15 años)pero cumplía. Con la madurez(ya son 41)de mi vida y la madurez en la fe he sabido entender que lo importante no son las formas si no el fondo y que ese fondo es Jesús y su AMOR.Tenemos un Dios que ama sobre todas las cosas.Yo le he conocido en los momentos malos(enfermedades,muerte, problemas...)y JAMAS, JAMAS, me ha dejado.Yo sé que él camina conmigo, también es cierto que alguna vez puedo no verlo.....pero se que ahí está.....Ah, y si murmuran, cotillean o te la clavan, dejémosles bastante tienen con sus vidas.....no crees?

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