jueves, 20 de enero de 2011

Viernes 21 de enero. Mc 3,13-19

EVANGELIO
Después subió a la montaña y llamó a su lado a los que quiso. Ellos fueron hacia él, y Jesús instituyó a doce para que estuvieran con él, y para enviarlos a predicar con el poder de expulsar a los demonios. Así instituyó a los Doce: Simón, al que puso el sobrenombre de Pedro; Santiago, hijo de Zebedeo, y Juan, hermano de Santiago, a los que dio el nombre de Boanerges, es decir, hijos del trueno; luego, Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago, hijo de Alfeo, Tadeo, Simón, el Cananeo, y Judas Iscariote, el mismo que lo entregó.
EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA

Jesús sigue hoy llamando, como lo hizo aquel día después de subir a la montaña, y allí donde puso el nombre de los doce, hoy pone el nuestro, el tuyo y el mío, y nos da poder, no para expulsar demonios, sino para ser felices en la entrega, alegres en la vida que nos toca y justos con aquellos que demandan justicia. Seremos cada uno de nosotros los que tenemos que responder a esa llamada y hacerlo de la manera más coherente y profunda posible. En este sentido nuestra entrega puede ser como la de la gallina o como la del cerdo. La gallina se entrega sí, y da una parte importante de ella, los huevos. El cerdo, también se entrega, pero no solo da una parte importante de él, sino que se entrega enteramente, por completo. Entonces analicemos nuestra vida y veamos si nos entregamos parcialmente, cuando nos conviene, cuando tenemos ganas, o por el contrario, nuestra entrega es total, sin condiciones. ¿Somos gallinas o cerdos?, ¿Huevos o jamón?...No busques fuera la respuesta, mira dentro y ahí estará. Ánimo!!

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