viernes, 28 de enero de 2011

EVANGELIO DEL FIN DE SEMANA:
30 y 31 de enero de 2011. Mateo 5,1-12.


EVANGELIO:

Al ver a la multitud, Jesús subió a la montaña, se sentó, y sus discípulos se acercaron a él. Entonces tomó la palabra y comenzó a enseñarles, diciendo: "Felices los que tienen alma de pobres, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos. Felices los pacientes, porque recibirán la tierra en herencia. Felices los afligidos, porque serán consolados. Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados. Felices los misericordiosos, porque obtendrán misericordia. Felices los que tienen el corazón puro, porque verán a Dios. Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios. Felices los que son perseguidos por practicar la justicia, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos. Felices ustedes, cuando sean insultados y perseguidos, y cuando se los calumnie en toda forma a causa de mí. Alégrense y regocíjense entonces, porque ustedes tendrán una gran recompensa en el cielo; de la misma manera persiguieron a los profetas que los precedieron.

EL EVANGELIO NO ES UN SOMNÍFERO, ES PURA DINAMITA:

¡Ay, Dios mío, este evangelio hace temblar la lógica de nuestro pensamiento y de nuestras acciones! Como siempre, Jesús da un revés a lo que entendemos por "sentirnos bien", aspirar a "cosas normales": querer mejorar nuestro nivel económico y social, aspirar a tener las necesidades básicas cubiertas, no sufrir, tener una buena reputación y con el tiempo "ascender" en el rango de nuestra profesión, entre nuestros conocidos... al fin y al cabo, aspectos de nuestra vida absolutamente corrientes, y sin embargo, Él viene a contradecirnos, diciéndonos que los verdaderos seguidores de su mensaje van por otro lado. Y que sus preferidos son los perseguidos por su nombre, los que nada tienen, ni les va la vida, las fuerzas, la salud en tenerlo, los que sufren por su causa, que es la de los pobres de la tierra, los que...Leyendo este pasaje nos echamos a temblar... ¡cuánto nos falta para ser buenos cristianos!, pero, ¿queremos, de verdad, serlo? ¿Estamos dispuestos a vivir el mensaje de las bendiciones de Jesús?¿Nos sentimos ricos, siendo pobres?, ¿alegres, en el dolor?, ¿felices, siendo odiados o mal vistos por ser de los suyos?¡Adelante, realmente merece la pena tenerle a Él como compañero de viaje en el camino de la vida! NOS BENDICE... ¿qué más queremos?
¡Feliz fin de semana!

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