Ellos, por su parte, contaron lo que había pasado en el
camino y cómo le habían conocido en la fracción del pan. Estaban hablando de
estas cosas, cuando él se presentó en medio de ellos y les dijo: «La paz con
vosotros.»Sobresaltados y asustados, creían ver un espíritu. Pero él les dijo:
«¿Por qué os turbáis, y por qué se suscitan dudas en vuestro corazón? Mirad mis
manos y mis pies; soy yo mismo. Palpadme y ved que un espíritu no tiene carne y
huesos como veis que yo tengo.»Y, diciendo esto, los mostró las manos y los
pies. Como ellos no acabasen de creerlo a causa de la alegría y estuviesen
asombrados, les dijo: «¿Tenéis aquí algo de comer?»Ellos le ofrecieron parte de
un pez asado. Lo tomó y comió delante de ellos. Después les dijo: «Estas son
aquellas palabras mías que os hablé cuando todavía estaba con vosotros:
"Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito en la Ley de Moisés, en los Profetas
y en los Salmos acerca de mí."»Y, entonces, abrió sus inteligencias para
que comprendieran las Escrituras, y les dijo: «Así está escrito que el Cristo
padeciera y resucitara de entre los muertos al tercer día y se predicara en su
nombre la conversión para perdón de los pecados a todas las naciones, empezando
desde Jerusalén. Vosotros sois testigos de estas cosas.
EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:
Cuando falta la presencia del
resucitado; la comunidad cristiana se apaga, se encierra en sí misma, se
adormece, y como los discípulos se quedan paralizados. Falta vida, sobra miedo.
Sobran desfiles; falta evangelio auténtico. Vivo en una comunidad que suben el
precio del metro una vez más ( con dos cojones) los que viajan en coche oficial
con chofer, respiro en un país que la prima de riesgo y el Borbón de turno se
disparan, y tengo un gobernante que se va por la puerta de atrás porque no
tiene respuestas en los micrófonos.
Gracias al Evangelio de hoy: “La
paz con vosotros”,( mi única esperanza) porque me dan ganas de prender
fuego…el mayor pecado es olvidar que vivimos para resucitar, cuando se olvida
la paz se pierde, se apodera el miedo, se renuncia a vivir, se vive por inercia
y el instinto sólo es de conservación: una mierda. Entonces se olvida el
Evangelio, y con él a la utopía y entonces ya no se recuerda cuando se ama. Entonces
como dice un amigo ya sólo queda comprar vaselina… porque darnos no están dando
por todos lados.
Jesús resucitado no están en la
casa, sino en testimonio vivo y diario en aquellos que se manchan las manos
curando, consolando, acompañando, acariciando, tocando las llagas de la
humanidad, lo demás es subir el metro de 10 viajes a 12 euros sentado en el
coche oficial. P´alante
EL COLMO DE LA ALEGRÍA ES ENCONTRARSE CON EL AMIGO RESUCITADO. NECESITAMOS MÁS ESPERANZA Y MENOS MIEDO.
ResponderEliminarEspero que no se cierre las puertas al Espíritu Santo, por miedo, como los discípulos en el relato de las apariciones, para que con valentía se abran las puertas en el vaticano al espíritu santo, se le de visado de residencia y se acepten con coraje los restos del siglo XXI.