Viernes 20 de abril. Jn 6,1-15

EVANGELIO En aquel tiempo, Jesús se marchó a la otra parte del lago de Galilea (o de Tiberíades). Lo seguía mucha gente, porque habían visto los signos que hacía con los enfermos. Subió Jesús entonces a la montaña y se sentó allí con sus discípulos. Estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos. Jesús entonces levantó los ojos, y al ver que acudía mucha gente, dice a Felipe: - «¿Con qué compraremos panes para que coman éstos?» Lo decía para tantearlo, pues bien sabía él lo que iba a hacer. Felipe le contestó: - «Doscientos denarios de pan no bastan para que a cada uno le toque un pedazo.» Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dice: - «Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y un par de peces; pero, ¿qué es eso para tantos?» Jesús dijo: - «Decid a la gente que se siente en el suelo.» Había mucha hierba en aquel sitio. Se sentaron; sólo los hombres eran unos cinco mil. Jesús tomó los panes, dijo la acción de gracias y los repartió a los que estaban sentados, y lo mismo todo lo que quisieron del pescado. Cuando se saciaron, dice a sus discípulos: - «Recoged los pedazos que han sobrado; que nada se desperdicie.» Los recogieron y llenaron doce canastas con los pedazos de los cinco panes de cebada, que sobraron a los que habían comido. La gente entonces, al ver el signo que había hecho, decía: - «Éste sí que es el Profeta que tenía que venir al mundo.» Jesús entonces, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró otra vez a la montaña él solo. EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO: ES PURA DINAMITA: Sin lugar a dudas una llamada de atención a nuestras aburridas y mediocres vidas: en el compartir y dar está gran parte de nuestra felicidad…y eso lo entendió a la perfección el niño del Evangelio que comparte y da lo poco que tiene, para hacer de un pequeño gesto y un detalle sin importancia uno de los hechos más grandes: Generosidad sin mirar, ni preguntar. Aquí radica el milagro y no en otras cosas de carácter mágico o extraño…Por tanto tu y yo estamos llamados a hacer milagros en el día a día y son muchas las oportunidades que se nos presentan: una sonrisa, un gesto de cariño, una mano tendida, estos y otros son verdaderos milagros para quien lo necesita… También es bueno destacar el final del relato: se retiró otra vez a la montaña él SOLO…permitirme otra vez el consejo (aunque los consejos y el agua se dan cuando se piden) no olvidemos nuestras raciones de soledad, porque es ahí donde se fragua nuestra vida y nuestras acciones posteriores…