miércoles, 3 de junio de 2009

Lc 22,14-20.Jueves 4 de junio.

EVANGELIO:
Cuando llegó la hora, Jesús y los apóstoles se sentaron a la mesa. Él les dijo: "¡Cuánto he deseado celebrar con vosotros esta cena de Pascua antes de mi muerte! Porque os digo que no volveré a celebrarla hasta que se cumpla en el reino de Dios." Entonces tomó en sus manos una copa, y habiendo dado gracias a Dios dijo: "Tomad esto y repartidlo entre vo­sotros; porque os digo que no volveré a beber del fruto de la vid hasta que venga el reino de Dios." Después tomó el pan en sus manos, y ha­biendo dado gracias a Dios lo partió y se lo dio a ellos, diciendo: "Esto es mi cuerpo, entregado a la muerte en favor vuestro. Haced esto en me­moria mía." Lo mismo hizo con la copa después de la cena, diciendo: "Esta copa es el nuevo pacto confirmado con mi sangre, la cual es de­rramada en favor vuestro."
EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:
Hoy tenemos que pararnos y reflexionar sobre la eucaristía, esa donación de amor a la cual deben abstenerse los injustos y deben acudir los pecadores, sólo se puede celebrar la eucaristía si somos capaces de vivir en comun-unión con aquellos que necesitan de nosotros, partir el pan: el pan de la vida, de la alegría, de la comprensión, de la humildad, de la esperanza, del amor, el pan de la panadería...
Plegaria Vb: - casi nunca y casi ningún sacerdote la utiliza- dice:“ danos entrañas de misericordia ante toda miseria humana, inspíranos el gesto y la palabra oportuna frente al hermano solo y desamparado; ayúdanos a mostrarnos disponibles ante quien se siente explotado y deprimido. Que tu Iglesia, Señor, sea un recinto de verdad y amor, de libertad de justicia y de paz, para que todos encuentren en ella un motivo para seguir esperando”. Este es el encutro real y eucarístico del que habla el Evangelio.

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