martes, 23 de junio de 2009

Lucas 1,57-66.80.24 de Junio.

EVANGELIO:
Al cumplirse el tiempo en que Isabel había de dar a luz, tuvo un hijo. Sus vecinos y parientes fueron a felicitarla. A los ocho días llevaron a circuncidar al niño, y querían ponerle el nombre de su padre, Zacarías. Pero la madre dijo: "No. Tiene que llamarse Juan." Le contestaron: "No hay nadie en tu familia con ese nombre." Entonces preguntaron por señas al padre del niño, para saber qué nombre quería ponerle. El padre pidió una tabla y escribió: "Su nombre es Juan." Y todos se quedaron admirados. En aquel mismo momento, Zacarías recobró el habla y co-menzó a alabar a Dios. Todos los vecinos estaban asombrados, y en toda la región montañosa de Judea se contaba lo sucedido. Cuantos lo oían se preguntaban: "¿Qué llegará a ser este niño?" Porque ciertamente el Señor mostraba su poder en favor de él.
EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:
El nombre de Juan, significa: Dios nos ha mostrado su favor. Parece que, el bueno de Juan, nació en una reunión de vecinos. Todos muy contentos. La noticia se extiende por toda la montaña de Judea, como cualquier embarazo en un pueblo. Pero la gente desde el principio se mosquea un poquito con este niño. No les faltaba razón, pronto se iría al desierto y se pondría a servir a Dios, cuando alguien desde su nacimiento se pone al servicio de Dios...es porque sus pasos están destinados a marcar el camino de la justicia y la salvación. Hay gente que nos marca el norte, no importa mucho de dónde viene y a dónde va... lo importante es cómo vive. Aunque al final entreguen su cabeza en bandeja de plata.

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