martes, 2 de febrero de 2010

• Evangelio: Marcos 6,1-6.Miércoles 3 de febrero

EVANGELIO:
En aquel tiempo, fue Jesús a su pueblo en compañía de sus discípulos. Cuando llegó el sábado, empezó a enseñar en la sinagoga; la multitud que lo oía se preguntaba asombrada: "¿De dónde saca todo eso? ¿Qué sabiduría es ésa que le han enseñado? ¿Y esos milagros de sus manos? ¿No es éste el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago y José y Judas y Simón? Y sus hermanas ¿no viven con nosotros aquí?" Y esto les resultaba escandaloso. Jesús les decía: "No desprecian a un profeta más que en su tierra, entre sus parientes y en su casa." No pudo hacer allí ningún milagro, sólo curó algunos enfermos imponiéndoles las manos. Y se extrañó de su falta de fe. Y recorría los pueblos de alrededor enseñando.
EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:

Que te intenten despeñar tus propios paisanos no es un buen comienzo para una aventura. Los paisanos de Jesús, los habitantes de Nazareth. Conocían demasiado bien al hijo del carpintero, como para aceptar enseñanzas de su boca.....
La situación no ha cambiado mucho: la acción de quien invita a caminar hacia la alegría y a vivir desde el amor y el perdón; irrita y descoloca. Tratan de impedirlo, ¿será por qué nos creemos propietarios de la salvación?, porque el relato del Evangelio, lo deja claro: LA SALVACIÓN ES PARA TODOS.

Lo que está claro es que no se puede seguir a Jesús y no provocar con tu estilo de vida, provocar extrañeza, crítica y hasta rechazo. Si optamos por estar a la moda en formas, ideas, lenguaje, maneras.... siempre se ha estado más seguro sin distanciarse del rebaño. Necesitamos un giro al Evangelio; un giro radical de amor.

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