miércoles, 10 de febrero de 2010

Jueves 11 de febrero. Mc 7,24-30

EVANGELIO

En aquel tiempo, Jesús fue a la región de Tiro. Se alojó en una casa, procurando pasar desapercibido, pero no lo consiguió; una mujer que tenía una hija poseída por un espíritu impuro se enteró en seguida, fue a buscarlo y se le echó a los pies. La mujer era griega, una fenicia de Siria, y le rogaba que echase el demonio de su hija. Él le dijo: -«Deja que coman primero los hijos. No está bien echarles a los perros el pan de los hijos.» Pero ella replicó: -«Tienes razón, Señor; pero también los perros, debajo de la mesa, comen las migajas que tiran los niños.» Él le contestó: -«Anda, vete, que, por eso que has dicho, el demonio ha salido de tu hija. » Al llegar a su casa, se encontró a la niña echada en la cama; el demonio se había marchado.
EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:
La fuerza de Jesús y su Buena Noticia, son tan abrumadoras y tumbativas que no tienen fronteras, están abiertas a todos aquellos que quieran acogerlas y hacerlo desde la humildad y sencillez. Hoy Jesús está fuera de su terriorio, está en tierra pagana, y sin embargo ahí la fe también triunfa, la fe sobresale en la adversidad y dificultad. Es una llamada de atención para nosotros que muchas veces andamos flojos de fe, nos entran las dudas, las preguntas, la incertidumbre en definitiva que no nos deja vivir con autenticidad. Por eso debemos hacer un esfuerzo para redoblar nuestra fe, acogernos y abrazarnos a ese Dios que siempre nos sonríe y que baila cuando nosotros estamos bien y felices. Ojalá que le hagamos bailar mucho, hasta que le duelan los pies. Ánimo entonces.

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