jueves, 4 de febrero de 2010

Marcos 6: 14 - 29 . viernes 5 de febrero

EVANGELIO:
Se enteró el rey Herodes, pues su nombre se había hecho célebre. Algunos decían: «Juan el Bautista ha resucitado de entre los muertos y por eso actúan en él fuerzas milagrosas.»
Otros decían: «Es Elías»; otros: «Es un profeta como los demás profetas.»
Al enterarse Herodes, dijo: «Aquel Juan, a quien yo decapité, ése ha resucitado.»
Es que Herodes era el que había enviado a prender a Juan y le había encadenado en la cárcel por causa de Herodías, la mujer de su hermano Filipo, con quien Herodes se había casado.
Porque Juan decía a Herodes: «No te está permitido tener la mujer de tu hermano.»
Herodías le aborrecía y quería matarle, pero no podía,
pues Herodes temía a Juan, sabiendo que era hombre justo y santo, y le protegía; y al oírle, quedaba muy perplejo, y le escuchaba con gusto.
Y llegó el día oportuno, cuando Herodes, en su cumpleaños, dio un banquete a sus magnates, a los tribunos y a los principales de Galilea.
Entró la hija de la misma Herodías, danzó, y gustó mucho a Herodes y a los comensales. El rey, entonces, dijo a la muchacha: «Pídeme lo que quieras y te lo daré.»
Y le juró: «Te daré lo que me pidas, hasta la mitad de mi reino.»
Salió la muchacha y preguntó a su madre: «¿Qué voy a pedir?» Y ella le dijo: «La cabeza de Juan el Bautista.»
Entrando al punto apresuradamente adonde estaba el rey, le pidió: «Quiero que ahora mismo me des, en una bandeja, la cabeza de Juan el Bautista.»
El rey se llenó de tristeza, pero no quiso desairarla a causa del juramento y de los comensales.
Y al instante mandó el rey a uno de su guardia, con orden de traerle la cabeza de Juan. Se fue y le decapitó en la cárcel
y trajo su cabeza en una bandeja, y se la dio a la muchacha, y la muchacha se la dio a su madre.
Al enterarse sus discípulos, vinieron a recoger el cadáver y le dieron sepultura.
EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:
Juan Bauista, pobre y humilde lucha por una causa justa: Jesús de Nazareth, y no se deja manipular ni por los fariseos ( cumplidores rituales de tradiciones, Iglesia oficial de su tiempo) ni por los saduceos ( clase dominante por el poder y el dinero, ricachones). Y les pide frutos, actitudes, para ser seguidor de Nazareth no sirve cumplir ciertos ritos, oraciones y normas sin compromiso. Es la voz del amigo, el grito del amigo en los momentos difíciles, quien no ha necesitado el grito del amigo cuando todo se ponía gris.
Para seguir a Jesús de Nazareth hay que desprenderse. El equipaje excesivo impide los movimientos. La oposición es el pan de cada día, a veces hasta te hace perder la cabeza, pero no importa porque no olvidamos de dónde venimos y a dónde vamos. El triunfo de la misión no está en el éxito sino en la misión misma.
Si te decapitan en la cárcel es sinónimo de fidelidad, a su lado un rey cobarde y adúltero, como tantos otros príncipes de nuestro tiempo, la danza de una niña que hace pagar con un crimen sus movimientos, los verdugos de cada día que nos amenazan con lo peor, los caprichos de la vida que nos asustan – no a todos- y la impresión de grandeza del único que sabe estar en su sitio, el Bautista.
Quizás sea porque nadie puede amenazarnos de muerte, estamos amenazados de vida y por cierto, no vendemos la conciencia porque está hipotecada en la fusca de la vida. Pase lo que pase, y si pasa se le saluda.

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