viernes, 4 de junio de 2010

Viernes, 4 de junio de 2010. Marcos 12, 35-37

EVANGELIO
En aquel tiempo, mientras enseñaba en el templo, Jesús preguntó: -«¿Cómo dicen los escribas que el Mesías es hijo de David? El mismo David, inspirado por el Espíritu Santo, dice: "Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha, y haré de tus enemigos estrado de tus pies." Si el mismo David lo llama Señor, ¿cómo puede ser hijo suyo?» La gente, que era mucha, disfrutaba escuchándolo.

Sábado, 5 de junio de 2010. Marcos 12, 38-44

EVANGELIO
En aquel tiempo, entre lo que enseñaba Jesús a la gente, dijo: -«¡Cuidado con los escribas! Les encanta pasearse con amplio ropaje y que les hagan reverencias en la plaza, buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; y devoran los bienes de las viudas, con pretexto de largos rezos. Éstos recibirán una sentencia más rigurosa.» Estando Jesús sentado enfrente del arca de las ofrendas, observaba a la gente que iba echando dinero: muchos ricos echaban en cantidad; se acercó una viuda pobre y echó dos reales. Llamando a sus discípulos, les dijo: -«Os aseguro que esa pobre viuda ha echado en el arca de las ofrendas más que nadie. Porque los demás han echado de lo que les sobra, pero ésta, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir. »

EL EVANGELIO NO ES UN SOMNÍFERO, ES PURA DINAMITA:

Comentaremos hoy el evangelio de estos dos días con un texto de Paulo Coelho, relacionado con lo que Jesús nos habla y nos enseña:

«Tened piedad de los que tienen piedad de sí mismos y se consideran buenos e injustamente tratados por la vida porque no merecían lo que les sucedió –pues éstos jamás conseguirán sostener el Buen Combate–.

Y tened piedad de los que son crueles consigo mismos y sólo ven maldad en sus propios actos y se consideran culpables por las injusticias del mundo, porque éstos no conocen Tu ley que dice: `Hasta los hilos de tu cabeza están contados´.»

Tened piedad de los que mandan y de los que sirven muchas horas de trabajo y se sacrifican a cambio de un domingo donde está todo cerrado y no existe lugar a donde ir.
Pero tened piedad de los que santifican su obra y traspasan los límites de su propia locura y terminan endeudados o clavados en la cruz por sus propios hermanos, porque éstos no conocerán Tu ley que dice: `Sed prudentes como las serpientes y simples como las palomas´.»
Tened piedad de los que comen y beben y se hartan, pero son infelices y solitarios en su hartazgo. Pero tened más piedad aún de los que ayunan, censuran, prohíben y se sienten santos y van a predicar Tu nombre por las plazas, porque éstos no conocen Tu ley que dice: `Si yo testifico respecto a mí mismo, mi testimonio no es verdadero´.»
Tened piedad de los que temen la Muerte y desconocen los muchos reinos que recorrieron y las muchas muertes que ya murieron y son infelices porque piensan que todo acabará un día. Pero tened más piedad de los que ya conocieron sus muchas muertes y hoy se juzgan inmortales, porque desconocen Tu ley que dice: `Quien no nazca de nuevo no podrá ver el Reino de Dios´.»
Tenedla de los que no creen en nada, porque ellos nunca oirán la música de las esferas. Pero tenedla más aún de los que poseen la fe ciega y en los laboratorios transforman mercurio en oro y están rodeados de libros sobre los secretos del tarot y el poder de las pirámides, porque éstos no conocen Tu ley que dice: `Es de los niños el reino de los cielos´.»
Tened piedad de nosotros, Señor, porque muchas veces pensamos que estamos vestidos y estamos desnudos, pensamos que cometemos un crimen y en verdad salvamos a alguien. No os olvidéis en vuestra piedad que desenvainamos la espada con la mano de un ángel y la mano de un demonio sosteniendo el mismo puño. Porque estamos en el mundo, continuamos en el mundo y Te necesitamos. Necesitamos siempre Tu ley que dice: `Cuando os mandé sin bolsa, sin alforjas y sin sandalias, nada os faltó´».

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