Mc 6:7-13. Juveves, 3 febrero

EVANGELIO:
Y llama a los Doce y comenzó a enviarlos de dos en dos, dándoles poder sobre los espíritus inmundos.

Les ordenó que nada tomasen para el camino, fuera de un bastón: ni pan, ni alforja, ni calderilla en la faja;

sino: «Calzados con sandalias y no vistáis dos túnicas.»

Y les dijo: «Cuando entréis en una casa, quedaos en ella hasta marchar de allí.

Si algún lugar no os recibe y no os escuchan, marchaos de allí sacudiendo el polvo de la planta de vuestros pies, en testimonio contra ellos.»

Y, yéndose de allí, predicaron que se convirtieran;

expulsaban a muchos demonios, y ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.

EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:

¡¡¡¡VAYA EVANGELIO!!! AVISO A NAVAGANTES…

Como ha cambiado el cuento… ¡¡¡madre mía!!! , el mandato es nada para el camino, ni bastón, ni pan, ni alforja, ni calderilla… dos sandalias y una túnica. Ni más ni menos. Si, si… que ya lo se, que pueden empezar con el discurso: los tiempos han cambiado, la vida es así, el mundo en que vivimos necesita que nos movamos en los mismos parámetros, que NO podemos estar al margen, que los discípulos de Cristo del Siglo XXI también necesitan el dinero para vivir…. Etc, etc, etc…. ¡ lo de siempre! Llevo ya muchos años metido entre tanto discurso de “cumplimiento” ( cumplo y miento), del todo vale y de la “economía” de la salvación eclesiástica… ,que a estas alturas ya me he dado cuenta que se puede JUSTIFICAR absolutamente todo y encima utilizar el Evangelio. Pero en realidad no es cierto. Por justificar se justifican canonizaciones millonarias, bodas sin fe, bautizos sin padrinos, viajes de ida y vuelta con jefe de estado en poltrona, inversiones millonarias…. Y todo en nombre del Evangelio. ( No será en el Evangelio de Jesús de Nazareth)
No valen “peros” ni disculpas, no es bueno vivir de un “ya veremos” o “ yo no puedo hacer más”, tender la mano y levantar. Es el gesto del cristiano, se acabaron los miedos, tenemos la vida por delante:
Si somos Testigos de esperanza para el mundo, entonces debemos tener:
Su vestir sencillo
Su andar fatigado
Su mirar profundo
En las manos el evangelio
En su corazón amor
En su garganta un grito: Justicia
Y en su mesa el pan compartido: el pan partido para todos. También partir el pan del dinero.

Y de lo contrario, reconozcamos nuestra HIPOCRESÍA:
- Me llamáis luz y no me creéis con autenticidad de vida.
- Me llamáis camino y no me recorréis según el Evangelio.
- Me llamáis maestro y no escucháis mis enseñanzas de humildad, sencillez y solidaridad.
- Me llamáis Señor y no os ponéis a mi servicio, ni lucháis por la justicia y libertad de todos.
- Decís que soy Rico y no me pedís lo que necesitáis, para vivir dando generosamente.
- Decís que soy Misericordioso y no confiáis en mi ( perdón).

QUE DIOS REPARTA SUERTE, PORQUE COMO REPARTA JUSTICIA…. P´alante, en la lucha no se afloja.