lunes, 21 de febrero de 2011

Mc 9, 14-29. lunes 21 de febrero

Evangelio
Cuando volvieron a donde estaban los otros discípulos, los encontraron en medio de una gran multitud, discutiendo con algunos escribas. En cuanto la multitud distinguió a Jesús, quedó asombrada y corrieron a saludarlo. El les preguntó: "¿Sobre qué estaban discutiendo?". Uno de ellos le dijo: "Maestro, te he traído a mi hijo, que está poseído de un espíritu mudo. Cuando se apodera de él, lo tira al suelo y le hace echar espuma por la boca; entonces le crujen sus dientes y se queda rígido. Le pedí a tus discípulos que lo expulsaran pero no pudieron". "Generación incrédula, respondió Jesús, ¿hasta cuando estaré con ustedes? ¿Hasta cuando tendré que soportarlos? Tráiganmelo". Y ellos se lo trajeron. En cuanto vio a Jesús, el espíritu sacudió violentamente al niño, que cayó al suelo y se revolcaba, echando espuma por la boca. Jesús le preguntó al padre: "¿Cuánto tiempo hace que está así?". "Desde la infancia, le respondió, y a menudo lo hace caer en el fuego o en el agua para matarlo. Si puedes hacer algo, ten piedad de nosotros y ayúdanos". "¡Si puedes...!", respondió Jesús. "Todo es posible para el que cree". Inmediatamente el padre del niño exclamó: "Creo, ayúdame porque tengo poca fe". Al ver que llegaba más gente, Jesús increpó al espíritu impuro, diciéndole: "Espíritu mudo y sordo, yo te lo ordeno, sal de él y no vuelvas más". El demonio gritó, sacudió violentamente al niño y salió de él, dejándolo como muerto, tanto que muchos decían: "Está muerto". Pero Jesús, tomándolo de la mano, lo levantó, y el niño se puso de pie. Cuando entró en la casa y quedaron solos, los discípulos le preguntaron: "¿Por qué nosotros no pudimos expulsarlo?". El les respondió: "Esta clase de demonios se expulsa sólo con la oración".
EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:

La felicidad del Evangelio se consigue a pequeños plazos, en trayectos diarios de compromiso. Cantamos, bailamos, brindamos, y compartimos la vida porque nuestro corazón está con el Dios de la vida, no es un Dios de muertos, de luto, de endemoniados, de condenas, de críticas, de juicios…. No , que no… que el Dios de Jesús es el Dios de la vida, porque creemos en él tenemos esperanza, desatamos, construimos, liberamos, no existen cadenas que nos aten sino libertad para todos. Odres nuevos: corazón nuevo, vida nueva, sonrisa nueva, entusiasmo nuevo... en la lucha de cada día. Aprovechar el ahora, que se nos escapa, no dejemos que nada ni nadie nos ate, somos libres porque creemos que nada ni nadie puede quitarnos los esencial en la vida, brindo por vosotros.…. P´alante, amigos.

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