EVANGELIO
Cuando Jesús volvía de la región de Tiro, pasó por Sidón y fue hacia el mar de Galilea, atravesando el territorio de la Decápolis. Entonces le presentaron a un sordomudo y le pidieron que le impusiera las manos. Jesús lo separó de la multitud y, llevándolo aparte, le puso los dedos en las orejas y con su saliva le tocó la lengua. Después, levantando los ojos al cielo, suspiró y le dijo: "Efatá", que significa: "Abrete". Y enseguida se abrieron sus oídos, se le soltó la lengua y comenzó a hablar normalmente. Jesús les mandó insistentemente que no dijeran nada a nadie, pero cuanto más insistía, ellos más lo proclamaban y, en el colmo de la admiración, decían: "Todo lo ha hecho bien: hace oír a los sordos y hablar a los mudos".
EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:
Esa es su bandera y su legado: Un hombre bueno que pasó por esta tierra haciendo el bien. Y ese tendría que ser nuestro objetivo, nuestra meta, nuestra utopía. No podemos declararnos alérgicos ni miedosos ante este reto: hacer el bien. Sé que no es del todo fácil, que nos caemos, que tropezamos, que nos cuesta…pero en el intento también está la victoria. Para llegar a eso hay que ser autocríticos, conocernos, valorarnos y no confundir el ser bueno con ser tonto. Jesús fue bueno, pero no le pasó una a nadie, y por eso acabó en una cruz, muerte reservada para los delincuentes, sediciosos y subversivos. Así pues con su fuerza y energía apostemos por la bondad pero no por la “tontuna” del que no hace balance de los hechos por si acaso no le conviene. Palante.
EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:
Esa es su bandera y su legado: Un hombre bueno que pasó por esta tierra haciendo el bien. Y ese tendría que ser nuestro objetivo, nuestra meta, nuestra utopía. No podemos declararnos alérgicos ni miedosos ante este reto: hacer el bien. Sé que no es del todo fácil, que nos caemos, que tropezamos, que nos cuesta…pero en el intento también está la victoria. Para llegar a eso hay que ser autocríticos, conocernos, valorarnos y no confundir el ser bueno con ser tonto. Jesús fue bueno, pero no le pasó una a nadie, y por eso acabó en una cruz, muerte reservada para los delincuentes, sediciosos y subversivos. Así pues con su fuerza y energía apostemos por la bondad pero no por la “tontuna” del que no hace balance de los hechos por si acaso no le conviene. Palante.
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